Bye, vestido!

AutorMaría Fernanda Torres

Para qué guardar tu vestido de novia en una caja cuando puedes usarlo para sumergirte en el mar, acostarte en la arena, sentarte en la tierra o recargarte en ladrillos y guardar esas imágenes para siempre.

La idea de conservar el vestido eternamente está cambiando por un concepto que para algunas novias sonará irreverente, pero para otras será la idea más maravillosa.

Trash The Dress (TTD) es una propuesta fotográfica cuyo objetivo es que la novia se libere de cualquier prejuicio respecto a su vestido y no se preocupe por lo que pueda pasarle durante la sesión, señala el fotógrafo Jesús de la Cruz.

“Ya te casaste. Jamás volverás a usar tu vestido. ¿Qué mejor recuerdo que dejarlo plasmado en fotos?”, expresa.

En la actualidad es difícil que el vestido de novia de la mamá lo use la hija; es una prenda tan personal que sólo se usa vez.

TTD surge por la necesidad de las novias de tener una sesión más relajada, en la que dispongan de tiempo y no se preocupen por ensuciar o romper su vestido. Como quiera, quienes lo han hecho mandan el vestido tal como quedó a la tintorería y lo guardan.

“En esta sesión se sienten libres, no necesitan más que la actitud y la disponibilidad de hacer lo que sea en ambientes y escenarios que jamás imaginaron”, explica, “ellas mismas pueden hacer su propio maquillaje y peinado”.

Las locaciones son infinitas, nunca pensarías estar en medio de la vegetación selvática de Xilitla, San Luis Potosí. Como la experiencia que tuvo De la Cruz en este lugar surrealista.

“Las fotos las tomé en el Castillo de Edward James”, expresa, “la novia estuvo dispuesta a ensuciar y mojar su vestido, se metió a la cascada durante 30 minutos y el novio compró un traje de manta para la ocasión”.

El día de la boda esta idea no sería posible porque sólo se dispone de una o dos horas para la sesión, además, la novia está preocupada por mantener impecable su vestido y el fotógrafo tiene la responsabilidad de cuidar miles de factores.

“Con el TTD no tienes estas limitaciones”, indica, “la novia se atreve a hacer locuras y el fotógrafo puede realizar un trabajo más artístico”.

El interés por el concepto es algo que está creciendo, especialmente entre las más jóvenes.

“Cada vez más novias preguntan por el TTD. Incluso, me han tocado casos de novias que se casaron hace cuatro o cinco años y quieren la sesión”, menciona.

De la Cruz asegura que poco a poco se convertirá en un requisito, tanto, que las fotos que colgarán en la pared de la casa serán las...

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