'¿Qué buscas, cuántas piezas?'

METRO/Redacción

En el barrio de Tepito, los comerciantes coreanos están sentando sus reales. A lo largo de las calles República de Argentina, Del Carmen, Apartado, República de Colombia y Aztecas, decenas de establecimientos asiáticos expenden su mercancía al mayoreo.

Desde gorras bordadas con el emblema del Mundial de Futbol Corea-Japón, playeras, sudaderas, suéteres y calcetines hasta lápices de labios, rímeles, tangas, artesanías de cristal, alhajeros, lentes para el sol, carpetas, alcancías, tenis, Pikachús y Gokús de peluche... Todo.

Cualquier artículo, hasta el más inimaginable, si uno tiene paciencia puede encontrarlo entre los locales coreanos.

¿Los precios?, varían de acuerdo con la capacidad de regateo. Por ejemplo, en Argentina 111-K, el señor Han-Ku oferta cada sudadera a 150 pesos, pero, si se adquieren 50, concede una rebaja.

-Se las doy a 135, si se lleva 50-, dice detrás de su mostrador, en un español vacilante, sonriendo apenas y achicando aún más los ojos.

-Que sea a 120 pesos, y le compro 70 sudaderas-, se le propone. -Nooooo, noooo. Así no silve. Yo pieldo dinero-.

En la Plaza Charly, ubicada en la calle Del Carmen, un local coreano se dedica a la venta de gorras y playeras bordadas con los escudos de los equipos mexicanos de futbol. En la parte interna, se lee en la etiqueta: "Made in México".

Seguridad privada

Tras el decomiso de 168 mil pares de zapatos tenis en Tepito, realizado por la PGR el 3 de agosto pasado, la seguridad privada es una de las nuevas modalidades de protección en la zona.

Afuera de la estación Lagunilla del Metro, sobre el Eje 1 Norte, cuatro comercios son custodiados por dos enormes guaruras vestidos de negro. En la espalda, la leyenda SEGURIDAD PRIVADA, en color amarillo, resalta a la distancia. Además, cuentan con el auxilio de dos acechantes rottweiler.

Son las 15:35 horas. En uno de los comercios, los dueños Maggie Cheung y Tony Leung comen bistec encebollado con arroz blanco.

A ratos, mientras mastican con avidez, observan a detalle a sus clientes. Cruzan palabras, a veces en inglés, a veces en coreano. Sus modos son cordiales, pero firmes, directos.

-¿Qué buscas?, ¿cuántas piezas?, ¿vas a comprar ahora?-, inquieren.

Venden ropa masculina: pantalones, camisas de manga larga, boxers, chamarras de piel, relojes.

A precio de mayoreo, por ejemplo, piden 80 pesos por un supuesto pantalón Levi½s deslavado. Pero para hacer la transacción, por lo menos, se...

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