Buscan peritos la verdad

Un cabello, una gota de sangre, epidermis del atacante en las uñas de la víctima o la saliva contenida en una colilla de cigarro, son las llaves que pueden abrir la puerta para resolver el enigma en una investigación criminal.

Su preservación en el lugar y condiciones exactas en las que quedaron son fundamentales para explicar qué fue lo que ocurrió, y para demostrar la culpabilidad de las personas que participaron en un delito, señala Manuel Laureles, perito en Jefe de la Procuraduría General de Justicia del DF.

La alteración de estos elementos, denominados jurídicamente indicios, sentencia Pedro Estrada, Coordinador de Servicios Periciales de la misma institución, podría hacer que una investigación se desplome y que el caso nunca sea resuelto.

Por eso, añade, es sumamente importante que la primer autoridad que tenga conocimiento del hecho delictivo se encargue de preservar el lugar de los hechos.

"Para nosotros es muy importante que no se contamine, que no se muevan de su lugar los objetos, por ejemplo los casquillos, que no se pisen las colillas de cigarro, las manchas de sangre. Si esto ocurre, los indicios se contaminan y ya no nos sirven", indica Laureles.

Y es que cada uno de los elementos que se encuentren dentro del lugar de los hechos, dijo, va a aportar información que al final del día significará, muy probablemente, la resolución de un caso.

Por ejemplo, las huellas dactilares dejadas en distintas superficies o los conjuntos celulares abandonados en vellos, secreciones o sangre, son clave para demostrar que un sospechoso estuvo presente en la escena del crimen.

"Estas dos son pruebas de identidad infalibles, nadie tiene, en el caso de las huellas, las mismas crestas y hay información genética que únicamente tiene un individuo y no se repite", enfatiza Laureles.

La presencia de cartuchos de diferentes calibres, dice, invariablemente va a remitir a la utilización de más de un arma y por tanto, quizá, a la actuación de distintos delincuentes.

La distribución de las manchas de sangre, la posición del cadáver, la presencia de orificios producidos por las balas, la orientación de los cartuchos percutidos, indica, ayudan a elaborar un dictamen de mecánica de hechos, qué explica cómo fue que ocurrieron los acontecimientos.

El acordonamiento debería ser de 50 metros a la redonda.

"Se debe de proteger los indicios de los curiosos, de las personas ajenas a la investigación y hasta de los reporteros, que en el afán de cumplir con su labor...

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