Buscan con luz cunas de planetas

AutorPatricia López

Utilizando las ventajas de la luz infrarroja, que registra un espectro más amplio que el visible a los ojos humanos, investigadores del Centro de Investigaciones en Óptica (CIO) desarrollaron un aparato para localizar nuevos planetas en el espacio.

La tecnología traspasa el brillo de los gases y vapores que producen las estrellas -que son los cuerpos celestes más brillantes- y registra emisiones generalmente opacas, características de nuevos planetas.

"En el laboratorio desarrollamos este interferómetro en infrarrojo que podrá formar parte de un satélite espacial o de un telescopio para ayudar en la localización de planetas en formación", dice el doctor en física Gonzalo Páez Padilla, quien probó la eficiencia del aparato en el CIO, centro público Conacyt con sede en León, Guanajuato.

"La interferometría se utiliza para medir dimensiones o cambios muy pequeños. Se realiza comparando con una referencia conocida y amplificando las diferencias con una cámara de alta resolución o película", explica la doctora Marija Strojnik, titular del proyecto.

Una interferencia ocurre, por ejemplo, cuando un niño llora mientras dos personas platican y su llanto se mezcla con las voces, creando un sonido nuevo difícil de separar. "En vez de sonido utilizamos luz, porque es mucho más sensible a pequeños cambios y es más fácil de aislar y enfocar", añade Strojnik.

Interferir para conocer

Un interferómetro es un aparato de alta precisión que interfiere el paso de un haz de luz para obtener información sobre la frecuencia, densidad y presencia de diferentes emisiones.

Su funcionamiento inicia al lanzar un láser sobre un espejo semiplateado, que divide el haz en dos partes: una se transmite y la otra se refleja. Los dos nuevos haces inciden sobre los espejos y se reflejan en dirección inversa, para reencontrarse sobre una pantalla de proyección luego de atravesar de nuevo el espejo semitransparente.

Gracias a los diferentes caminos que recorren ambos haces, es posible captar franjas de interferencia, que se convierten en las letras de un abecedario óptico. Los científicos "leen" ese lenguaje y lo asocian con diversos datos de la naturaleza, como la deformación de una superficie o la presencia de ciertos compuestos químicos asociados a las franjas.

Al obtener una onda pura de luz, los expertos logran una emisión luminosa de un solo color, como la roja de un láser.

"Podemos tomar dos haces de luz si tomamos ese rayo y lo pasamos por un espejo semitransparente a 45...

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