Buscan aliviar trance del momento final

AutorAideé Molina

Cuando el final se acerca, ya sea por enfermedad, accidente o vejez, la idea de la agonía y la muerte se convierte en angustia constante.

Hay sentimientos encontrados. Con impotencia se piensa en la dependencia a los demás o la soledad de un hospital, tal vez conectado a una máquina...

Inmersos en ese dolor, no se sabe si la familia apoyará o si serán vistos como una carga. ¿Y después?

Siempre es difícil hablar y pensar en la muerte, sobre todo la propia, porque no existe una preparación para morir o ver morir a un ser querido, explica la psicóloga Soraya Domínguez Castro.

"La gente busca ayuda cuando se enfrentan a una situación de riesgo, pérdida o enfermedad", señala la especialista en acompañamiento tanatológico.

"Estas situaciones en las que se contempla morir no serían trágicas si hubiera otra cultura en donde las personas visualizaran que todos los días nos morimos un poco; yo creo que se disfrutaría más la vida y se aceptaría la muerte".

La psicóloga indica que desde el anuncio de una enfermedad crónica o terminal, o el hecho de quedar en coma por un accidente, por ejemplo, la gente huye tan sólo en saber que la muerte acecha.

Investigaciones sobre la muerte y la agonía indican que pocas personas piensan en la muerte, dice María de los Angeles Cavazos, directora del Centro Cultural Lumen.

Un individuo que agoniza podría sentirse irritado por la interrupción de sus proyectos, metas personales y las relacionadas con otras personas, distinto a quien considera que ha gozado su vida y alcanzado la felicidad.

"Es triste ver que las personas que consideran que han desperdiciado su vida o se han arrepentido de su pasado tienen más miedo de morir", agrega.

Este panorama es una buena oportunidad para hacer conciencia de que el ser humano es finito y morirá algún día, aunque los avances científicos alarguen o mejoren la vida.

"Necesitamos aceptar que somos finitos, en cuanto a lo material, porque en trascendencia no es así", dice Domínguez Castro.

La especialista asegura que la vida desde el nacimiento es un duelo, un tiempo de pérdidas, como por ejemplo, la ruptura de vivir en el vientre materno o el amamantamiento, el quedarse sin trabajo o un robo.

"Se debe de educar desde la secundaria y hablar de los duelos reales del ciclo de la vida y se verá que la muerte se concibe de otra manera, porque no ha habido una educación de confrontar la muerte como algo natural".

Para cambiar esta visión, muchas veces se requiere de un especialista en...

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