En busca del placer
| Autor | Rodolfo G. Zubieta |
Más que nunca, los viajeros desean salir de casa y un tomar un gran respiro; y nada mejor que hacerlo en un sitio ubicado entre manglares y que presume una envidiable playa de arena blanca.
Etéreo, hotel de Auberge Resorts Collection, es un paraíso dentro del complejo de lujo Kanai. Quien hasta ahí llega entra en contacto con la naturaleza, tiene un cambio positivo y logra una vida más consciente. Por cierto, la tradición y sabiduría de los antiguos mayas están presentes.
"El hotel se basa en tres principios básicos: honrar el pasado, vivir el presente y crear el futuro", puntualiza Moisés Loyo, Sales Manager del resort.
"Todo lo que tenemos en el hotel, las experiencias de alimentos y bebidas, la decoración y hasta los materiales de construcción, están inspirados en ese principio", agrega Loyo.
Desde que llega a este hotel, ubicado a unos 45 minutos del Aeropuerto Internacional de Cancún, el huésped conecta con todo lo que lo rodea. Más que un resort, este espacio se percibe con un retiro wellness.
Todo arranca en el área de recepción tipo galería, donde un chamán realiza una limpia a los huéspedes para así iniciar la experiencia con el pie derecho.
UNA GRAN COCINA
Más allá de la playa, las dos piscinas y el club infantil, un punto y aparte son los cinco restaurantes. Dirigidos por el chef Miguel Baltazar y el apoyo de la chef Alicia Padilla, estos espacios le dan su justo trono a los productos.
"Para mí el producto es Dios, y eso se expresa en nuestra cocinas. Todo se basa en nuestra relación con el producto, cómo lo honramos y cómo queremos que brille en cada platillo", puntualiza Baltazar, quien estudió en el Instituto Culinario de México y en la École Hôtelière et de Tourisme Paul Augier, en Niza, Francia.
"Nuestra cocina es sencilla en estructura pero compleja en sabor y nuestro proceso creativo inicia con la chef Reyna García, especializada en experiencias. Ella visita comunidades de la Península y regresa con productos nuevos. Al final llega la parte estética", dice Baltazar.
Al fusionar la cocina maya tradicional con la cocina mexicana moderna y el uso de ingredientes locales, los menús transportan a los comensales a un gran viaje culinario.
En Itzam, por ejemplo, es posible probar una calabaza criolla al pib con mole almendrado de pixtle y salsa de granada y menta; en Che Che se disfrutan bocadillos japoneses-peruanos al estilo Nikkei, o su nuevo menú "japex", que incluye gyosas de barbacoa o sushi con longaniza de Valladolid.
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