En busca de la fórmula perfecta

AutorSergio González R. y Jaime Reyes R.

¿Cuál es la fórmula ideal para consolidar la industria fílmica en México? En el 2003, terminó el ciclo de un lustro de auge en la taquilla de las salas de cine en México, al registrarse un marcado descenso en el número de espectadores. Si en 2002 hubo un techo de 150 millones de asistentes, en 2003 cayó a 138 millones de cinéfilos.

El hecho resulta contradictorio porque, justo el año pasado, se inauguraron 220 salas en la República Mexicana, hasta alcanzar 2 mil 522; de ellas, 740 ubicadas en la Ciudad de México.

Y si en aquel decremento de los cinéfilos puede alegarse la influencia de la crisis económica con su impacto en los bolsillos, sobre todo de la clase media (la Asociación Mexicana de Estudios para la Defensa del Consumidor señala que el cine se ha vuelto "prohibitivo" para el 70 por ciento de los mexicanos), también resalta en la situación el caso del llamado nuevo cine mexicano, su desenvolvimiento en el mercado fílmico.

En particular, sus carencias competitivas, que implicarían al menos dos aspectos imperativos: inversión adecuada y calidad suficiente del producto.

El desinterés en ascenso de los espectadores frente a las películas mexicanas puede ubicarse al comparar dos cifras contundentes: mientras en 2002 El crimen del Padre Amaro, de Carlos Carrera, recaudó en taquilla 161 millones de pesos; en 2003, Nicotina, de Hugo Rodríguez, la cinta mexicana más taquillera, dejó sólo 43 millones de pesos.

Desde luego, el contraste se presenta en un panorama dominado por el cine de Hollywood (de 272 estrenos en 2003, sólo concurrieron 24 cintas mexicanas, contra 156 estadounidenses).

La diferencia puntual entre los ingresos inmediatos de El crimen del Padre Amaro, que trata el tema de un cura lujurioso, y Nicotina, que aborda las vicisitudes de un hacker, parece implicar el simple reflejo de aquel 70 por ciento de los mexicanos marginados del entretenimiento en la pantalla grande.

Sin embargo, existe en la comparación un factor que fue determinante para el resultado financiero de ambas películas: el efecto del escándalo redituable en taquilla que rodeó a la primera cinta, al manifestarse la Iglesia católica contra el estreno de la película, no lo tuvo la segunda.

Y si a la inversión adecuada y la calidad suficiente se le agregase el factor "escándalo", quizá pudiera tenerse la fórmula perfecta para tener éxito en taquilla (como lo atestigua también el reciente caso de La Pasión de Cristo, dirigida por el actor Mel Gibson, cuyo estreno...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR