Buenos Aires literario

AutorHugo Roca

Fotos: Hugo Roca

Enviado

BUENOS AIRES.- Más allá de atracciones turísticas, detrás de noticias diarias y épocas políticas, Buenos Aires es literatura.

Lo revelan sus calles, que albergan 644 librerías, y lo revelan sus habitantes, quienes al terminar sus jornadas laborales quieren comprar libros nuevos antes que cerveza, y las noches bonaerenses se convierten en profundos canales literarios que van hacia atrás, desprendiéndose del tiempo, en busca de heroicos poetas enterrados (La canción de amor y muerte de Rainer M. Rilke cautiva a una joven nostálgica) y hacia delante, apoyando la obra de narradoras vivas (un fresco anciano se interesa en Hay una nena que gira de Irma Verolín).

Y estas hermosas imágenes, producto de una necesidad lectora, tienen en Avenida Corrientes su poético escenario.

Mariano es un guía de turistas de 29 años. Su trabajo consiste en pasear extranjeros por el Panteón de La Recoleta, las exclusivas tiendas de Puerto Madero y los bares de moda en Palermo Soho. Mariano habla con los turistas sobre futbol, tango y política, pero su atención nunca está en estas charlas, sino vagando libremente por el fascinante universo literario.

Cuando termina de trabajar, a las 9 de la noche, Mariano corre hacia Corrientes; va de aquí para allá buscando libros.

Pero no sólo es Mariano. A la misma hora, porteños de todos los barrios llegan a esta arteria deseosos de lectura, demostrando que en Buenos Aires la literatura es un latido que reparte sangre común a todos sus habitantes.

Un poético escenario

El dueño de una empresa de publicidad en un extremo de Corrientes; el encargado de limpiar el Museo de River Plate en el otro. Los dos hombres comienzan a caminar en busca de un libro y al iniciar su aventura marcadas diferencias determinan sus caminos.

Sucede que a lo largo de sus casi 9 kilómetros de extensión, Avenida Corrientes concentra más de 100 librerías que unen Puerto Madero, estandarte de la sofisticación y el dinero, habitado por políticos, estrellas de cine y empresarios millonarios, con Chacarita, que tiene zonas donde casas de lámina son hogar de albañiles, cargadores, estudiantes y vendedores ambulantes.

Pero el empresario deja atrás Puerto Madero y el limpiador deja atrás Chacarita, y entonces Corrientes les comienza a trazar un territorio de colores comunes a través de las librerías. Éstas, al principio, están separadas por grandes espacios, pero conforme ambos hombres avanzan las distancias entre librería y librería se...

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