Hay buenas relaciones

"Válgame Dios". A José López Portillo no se le ocurrieron otras palabras al escuchar la noticia que le daba el embajador en Italia, Augusto Gómez Villanueva: El recién nombrado Papa, Juan Pablo II, vendría a México como fruto de una invitación informal hecha por la familia del ex Presidente y un grupo de periodistas que habían viajado a Roma, en octubre de 1978, para presenciar el nombramiento del nuevo Pontífice.

Tres meses después, Karol Wojtyla pisó suelo mexicano y su estancia de seis días marcó el inicio de una imparable carrera hacia el posicionamiento legal y político de la Iglesia católica en México.

Dos protagonistas de las anteriores visitas de Juan Pablo II a México, el ex embajador Gómez Villanueva y el ex jefe de protocolo de la visita de 1993, Ricardo Ampudia, señalan que, además de un fenómeno social, las visitas del Papa han sido el principal impulso para que en menos de 20 años la Iglesia católica lograra lo que no había conseguido en más de un siglo: reconocimiento jurídico, derechos civiles para los ministros de culto, participación en la educación, posesión de bienes y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre el Gobierno y el Vaticano.

Gómez Villanueva recuerda que en 1979 la visita del Papa provocó "desconcierto" y un debate al interior del PRI sobre la vigencia del artículo 130 constitucional.

Pero el laicismo mexicano todavía era capaz de producir opiniones como las que reflejó la prensa de la época en sus titulares: "Desafío a la República", "El Papa y las manipulaciones" y "La Iglesia, semillero de violencia". Esto explica el abandono de ese debate, que sería retomado hasta 1990.

La visita de 1979, explica Gómez Villanueva, construyó las condiciones para llegar a la reforma que se consolidó en 1992. "Esta reforma encontró menos hostilidad de los grupos liberales y masones que, dentro del PRI, sostuvieron siempre la defensa de la Constitución tal y como estaba", señala.

Las reformas a los artículos 3o, 5o, 24, 27 y 130 fueron producto de estos contactos, iniciados desde la visita del ex Presidente Luis Echeverría al Papa Paulo VI en 1974 y reforzados con las visitas de Juan Pablo II en enero de 1979 y mayo de 1990.

Según el especialista Ricardo Ampudia, estas reformas se terminaron de "amarrar" con una estrategia política promovida desde Roma y ejecutada en México por Jerónimo Prigione a partir de 1991.

Ampudia, autor del libro "La Iglesia de Roma, estructura y presencia en México", explica que en...

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