Son brigadistas la primera línea contra el fuego

AutorJuan Carlos Rodríguez

Con un machete en la cintura y un tanque de 20 litros de agua mezclada con químicos, Gilberto Bravo Sánchez camina por la sierra de Iturbide apagando tramos del incendio que, hasta ayer, había arrasado con 3 mil 120 hectáreas de bosque.

A una altura de mil 100 metros sobre el nivel del mar, el brigadista camina unos 150 metros en una pendiente con una respiración más que tranquila.

"Estamos apagando el tronco, para que ya no prenda", explica, "si no se apaga, rueda el tronco y prende más abajo.

"No es nada fácil llegar a esta área".

Pese al esfuerzo, el frío, el humo y lo empinado de la sierra, Bravo no deja de dar instrucciones a otros dos compañeros que lo siguen.

"Hey, acá está prendido, por abajo del árbol", señala con voz de mando.

Abriendo brecha por zonas que sólo han sido caminadas por animales, y tratando de no dar una mala pisada, él y otros brigadistas diariamente consumen sus energías tratando de sofocar los incendios de manera terrestre.

Y aunque los helicópteros ayudan, al igual que las lluvias, en el suelo las cosas son distintas.

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