Borras de Café / Palabros

AutorNadia Talamantes

Sometido a la verbalización de sus promesas, acciones y pasiones, el homo politicus usa el lenguaje como poderosa voz de Hamelin que emplaza a pactos, guerras y desafueros. Pero en su diario decir, el político no se contenta con frases memorables, además crea palabras. Su genio reformista alcanza al corazón mismo de la gramática. Compartamos varias perlas recuperadas de esa mar de verborrea y, si le provoca alguna sonrisa, entonces juntos le habremos encontrado un valor práctico a la política.

Veterano en el arte de los palabros es el titular de Semarnat Alberto Cárdenas, él acuñó el adverbio nuncamente cuya fuerza hace lucir soso al trillado "nunca más" del cuervo de Poe. Inventó -en un momento de libertinaje lingüístico- aquel carnal tergivergar, verbo freudiano y polisémico que sustituía al más tímido "tergiversar". Corre la leyenda negra, no comprobada pero citable para efectos terapéuticos, de que cierta vez para referirse a la Ciudad de México usó la expresión ubre de hierro, donde la urbe capitalina hacía de mama metálica.

Tenemos el archiconocido sospechosismo de Santiago Creel, curiosa creación preñada de pecado y exceso, connotación ausente en su protosustantivo "sospecha" que más bien alude a la virtud cartesiana de dudar. Además, nada original, pues este término ya...

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