Las bondades de comer bien

AutorMariana Coppel

Comer es, además de una necesidad, un gran placer y una fuente de salud, por eso, el refrán que afirma que somos lo que comemos, no está lejos de la realidad.

Los malos hábitos empiezan como acciones que poco a poco se instalan en la vida cotidiana, trayendo funestas consecuencias, en el caso de la mala alimentación, para la salud, tanto física como emocional, pues la comida es el principal combustible para las funciones vitales de todos los sistemas del cuerpo humano.

"Alimentarse significa atraerse los recursos necesarios para ser transformados en la energía que moverá las funciones bioquímicas necesarias para relacionase con el medio ambiente, además de procesos internos, como el proceso de aprendizaje, la memoria biológica, la multiplicación y regeneración celular, o la nutrición neurológica, entre otras", explica la doctora Silvia Suárez, del centro integral de salud Holística, Sahoin (Justo Sierra 3033 / 3615- 7920).

Las células del cuerpo, además de reconocerse a sí mismas, tienen información para adaptarse a su entorno y cumplir funciones específicas, defenderse y renovarse constantemente, y para este proceso, obviamente necesitan energía.

Esta energía no puede venir de ninguna otra fuente más que de los alimentos, por esto, la calidad y pureza de los nutrientes, más la simpleza de la elaboración, son la base para que los procesos metabólicos generen el funcionamiento óptimo de cada célula.

"Si el organismo tiene un gasto metabólico mínimo, tendrá una mejor calidad de respuesta a los estímulos y menos riesgos de la degeneración que produce un déficit orgánico, traducido como enfermedad.

"Ésta puede...

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