Un bocado en cada puerto

AutorTeresa Rodríguez

Enviada

Mónaco.- Cierto, el turismo culinario gana cada día más adeptos y no se trata ya de describir tal o cual platillo que se haya probado en algún destino exótico. Las exigencias de los llamados "foodies" van más allá.

Para ellos una mesa en el Noma, en Copenague, en el Celler de Can Roca, en Gerona o en el D.O.M, en Sao Paulo, equivale a una visita guiada por los mejores museos culinarios; un recorrido por cualquier mercado es invaluable postal y una degustación de productos locales se convierte en el más preciado souvenir para el paladar.

En la actualidad hay más hoteles y centros turísticos con una oferta gastronómica de alto nivel, que incluye restaurantes con la firma de algún chef famoso, clases de cocina, tours gastronómicos, catas-maridaje... Y ahora también los cruceros van a la conquista de los "foodies".

Riviera Majuro, inaugurado hace 15 días en Barcelona y bautizado por la chef y estrella de televisión Cat Cora, se precia de tener una de las mejores cocinas en alta mar.

Decidir si lo es o no será ya cuestión de gustos, pero lo seguro es que a la vuelta de la travesía por el Mediterráneo se llevan un par de kilitos de más muy bien ganados. De no ser por las largas caminatas que explorar cada puerto exige, uno podría condenarse al infierno por gula.

Los seis restaurantes a bordo compiten para ofrecer el más delicioso manjar. El tempura de vegetales, de Red Ginger; el pastel de cangrejo y la hamburguesa kobe, de Polo Grill; el carpaccio

de pulpo con vinagreta de champaña y el tortellini de ricotta y espinaca al burro, de Toscana, y la terrina de foie gras y el salmón a la parrilla con salsa holandesa, de Jacques, bien valen olvidar la dieta.

Pero no todo es comer. La experiencia "foodies" estará completa después de pasear por mercados, viñedos, cultivos... Resulta entonces imprescindible agendar uno, varios o todos los tours de descubrimiento culinario. Guiados por la chef Kathryn Kelly, los paseantes conocen productos y exploran cocinas locales.

"Los llevo a mis restaurantes favoritos; con los productores de chocolate en Bélgica; al mercado de Santa Caterina en Barcelona; en Creta vamos a ver cómo las mujeres hacen dolmas. En Venecia vamos a casa de la madre de un afamado chef, ella cocina para nosotros y cuenta sobre la tradición culinaria de la región.

"Me ha tomado todo el año pasado encontrar mis lugares favoritos por todo el Báltico y el Mediterráneo y juntarlos para los tours", cuenta Kelly mientras presume sus...

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