La Boca de la locura

AutorAníbal Santiago

SEÑOR FUTBOL / ENVIADOS

BUENOS AIRES.-Facundo hunde el acelerador. La emoción le sacude las entrañas y sólo la velocidad alivia su ansiedad. Y es que ya inicia la fecha 15. "¡Señores, se viene con todo el Boca-Unión. El cuadro xeneize ruega por el liderato!", grita la radio. Las banderas del taxímetro bajan, ¡chas, chas, chas!, al ritmo loco en que las calles de Buenos Aires se pintan de amarillo y azul, bajo un carnaval de claxonazos.

Seguidor a muerte de Boca, Facundo, este 'tachero' maduro que atraviesa como un jet a Montserrat, San Telmo, Barracas, barrios que conducen a La Bombonera, no perdona la vida a nadie. Como el hincha 'bostero' tiene que ser.

"Palermo es más tronco que la puta que lo parió, es durísimo, no sabe ni trotar", sentencia, "los periodistas lo inflaron tanto que se mató solo. Y el problema es que acá los periodistas más importantes en la puta vida agarraron una pelota, dicen cada boludez...".

Mauricio Macri -presidente del club-, los novatos, los experimentados, la fanaticada, nada funcionó como en los torneos anteriores en que se fabricó el Bicampeonato. "Por eso River este año es Campeón, ¿qué le vamos a hacer?", se enfada.

Deja a los clientes en el estadio y se pierde en las calles que bordean el Riachuelo. La policía montada crea retenes en varias cuadras a la redonda. La expectación es climática. Boca está tres puntos atrás de River, a cuatro jornadas del fin del Torneo, y miles han decidido llenar la cancha. En Córdoba, mientras tanto, River Plate enfrentará a Talleres.

Calles aledañas

"¡El chori a uno, a uno la milanesa!". Daniel Betancourt desparrama sus pulmones sobre los hinchas que invaden las taquillas y las entradas, para que las ganas de oír el silbatazo inicial cedan ante un jugoso choripán (torta de chorizo), una milanesa, una pieza de pollo, un plato de papas fritas -un dólar la elección-, o se animen a probar el vacío, un cacho de carne grueso y suave como mantequilla -dos dólares-. El Dany, hace ocho años, con su papá, su abuelo y su hermano, instaló la parrilla sobre la calle Francia. La meta es vender cada partido cuatro ganchos de 60 chorizos cada uno. Pero no le basta sacar lo suficiente para que la familia viva en la semana. El domingo es completo, más exquisito que el mejor asado, si Boca pierde. River es su amor. Creer o morir, Daniel decidió ponerse la camiseta de suicida. En La Boca, él es del enemigo. Por eso toma atajos para proteger el negocio y, desde luego, la dignidad:

"Si me hablan...

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