En boca cerrada / A río revuelto, ganancia de charlatanes

AutorClaudia de Icaza

¡Juan Gabriel no ha muerto, fingió su muerte! ¿Dónde y cuándo he oído eso? Cada vez que muere un grande, un ídolo de multitudes ocurre lo mismo, el motivo de su desaparición de la vida pública y de los escenarios viene siendo muy parecido: Ellos generan más ganancias estando "muertos" que vivos. Así se manejo el rumor con Elvis Presley y Michael Jackson.

Cuenta su leyenda: el mal estado físico en el que se encontraban, su peor estado financiero los llevó a tomar la decisión de darse por fallecidos. Y por si la razón no fuera de peso o suficiente, recordemos lo que se comentó a la muerte de Pedro Infante: "Salvó el pellejo por carismático, luego de que unos sicarios le perdonaran la vida cuando un político muy importante de esa época les pagara para ejecutarlo al enterarse que se había metido con su vieja".

Por ingenio no paramos los mexicanos, aunque muy cierto es que, gran parte de todo este circo lo han venido alimentando algunos medios. Inolvidable la entrevista que le hiciera en los 80 Rosa María de Castro a un tal Antonio Pedro -de gran parecido físico con nuestro Pedro, la misma tesitura de voz-, a quien le concedieron el derecho de la duda razonable, pues por aquel entonces, tenía la misma edad que podía haber tenido el cantante.

Interesante, y yo diría sorprendente, percibir en él gestos y actitudes muy particulares de Infante. Aún así, llevándonos por el sentido común, la lógica, el artista había formado una familia, tenía hijos, una vida de éxitos, murió estando en la cúspide de su carrera, ¿por ser el amante bandido de la mujer de un político se iba resignar a "morir" para dedicarse a llevar una vida sencilla, humilde, cantando...

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