EN BOCA CERRADA... / Perro sí come perro

AutorClaudia de Icaza

Con lo primero que me enfrenté al inicio de mi carrera periodística, fue con el consejo de un colega que solía decir: "perro no come perro" cuando la nota involucraba a un compañero de profesión. Y es que, mantenerse al margen o prestarle una "ayudadita", con su pluma, lo hacía sentir parte de un gremio unido.

Unido sí, pero ¿en qué y para qué? No somos la excepción de la regla y, mucho menos, intocables. Todos podemos llegar a estar en la picota y ser blanco de críticas y de comentarios adversos, tal como ocurre con los famosos o medianamente conocidos. O todos coludos o todos rabones.

Yo viví en carne propia las críticas de algunos de mis compañeros, cuando enfrenté la demanda legal que giró en mi contra Luis Miguel en el año 94 y, créanme, me tocó tupido. Si bien, la mayoría de las notas derivó en una fuerte defensa a la libertad de expresión, hubo muchos que me dieron hasta por debajo de la lengua... Lengua, muy de aquellos para exponer su percepción de las cosas.

Uno no puede ir por la vida comprometiendo su credibilidad, ni sus convicciones por hacérsela "leve" a quien busca estar exento del juicio de la gente, y menos después de hacer de su vida un papalote mal volado.

Perro sí come perro. ¿Cómo le fue a Fabián Lavalle cuando fue alcanzado por el escándalo? ¿Cuántos se hicieron de la boca chiquita? En este medio todos jugamos al juez, pero nadie escapa a la posibilidad de llegar a ser parte.

Al osado Fernando del Rincón -inquisidor de la sexualidad de Juan Gabriel y receptor de un obvio: 'lo que se ve no se pregunta'- ya le tocó ver llover en su milpita. Anda como...

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