Bjørn Lomborg y Sebastian Galiani / Escapar de la pobreza

AutorBjørn Lomborg y Sebastian Galiani

La eliminación de la pobreza debe seguir ocupando el primer puesto en los programas políticos de América Latina y el Caribe, donde la desigualdad es mayor que en ninguna otra región y una de cada cinco personas sobrevive con poco más de dos dólares al día (calculados con la paridad en el poder adquisitivo y el tipo de cambio de 1993).

La pobreza es un fenómeno intrínsecamente dinámico. Los pobres están encerrados en una trampa de bajo nivel de activos (o capacidad). Por eso, las medidas deben brindar incentivos que alienten a los pobres a adquirir activos y capacidades que les permitan escapar de la pobreza en el futuro.

No parece probable que el crecimiento por sí solo reduzca la pobreza en más del 25 por ciento en los próximos 10 años. Aun cuando los dirigentes políticos lograran crear circunstancias que retribuyeran mejor la inversión y, por tanto, fomentaran un crecimiento más rápido, no se resolverían los males de AL. El alto nivel de desigualdad en los ingresos requiere medidas específicas de reducción de la pobreza.

En AL se produce muy poca redistribución. Los impuestos suelen tener poco efecto redistributivo, porque la mayoría de los países depende de los impuestos indirectos. Incluso el sistema fiscal de Chile, el más eficaz de la región, es en realidad regresivo. El ISR de las personas físicas es bajo en AL y el Caribe, lo que indica que hay margen para que los políticos lo aumenten a fin de disponer de más dinero que distribuir entre los necesitados.

Existen razones económicas poderosas para elevar la inversión pública en los niños. La malnutrición grave en la primera infancia daña el desarrollo cognoscitivo. El crecimiento perdido en los primeros años nunca se recupera. Medidas para reducir la prevalencia de la anemia y las deficiencias de hierro, vitamina A, yodo y zinc, tendrían repercusiones positivas. Fomentar la lactancia materna y un mejor conocimiento de los alimentos indicados para el destete sería una oportunidad rentable, que rendiría beneficios entre cinco y siete veces mayores que los costos.

Las transferencias condicionadas de fondos son otra opción. Esos programas buscan reducir la pobreza condicionando la asistencia social a las acciones de los beneficiarios, como enviar a los hijos a la escuela con asiduidad o llevarlos a un médico.

Un programa amplio mexicano, PROGRESA, da subvenciones educativas selectivas para niños, servicios de salud y suplementos nutricionales para mujeres gestantes y lactantes y niños...

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