¡Bienvenida!

EL PASADO viernes pudimos por fin llevar a nuestras casas el tan ansiado Xbox One.

Lo que encontramos al encender nuestra consola (luego de la actualización obligatoria que toma entre 15 y 20 minutos instalar, claro) fue un sistema capaz, rápido y limpio en su interfaz.

Microsoft cumplió su promesa de entregar un equipo diseñado como una consola de videojuegos primordialmente, pero que a la vez que fuera capaz de realizar otras tareas como ver películas o TV, escuchar música y correr aplicaciones.

Aunque muchos dudamos querer hacer más de una cosa a la vez, de verdad resulta muy útil poder ver un video o abrir una página de internet sin necesidad de salir del entorno Xbox, ya sea a pantalla completa o dividida.

Sobre Kinect hay que decir que este dispositivo ahora está mucho más integrado con el sistema.

El reconocimiento de voz si bien no es perfecto (sobretodo en ambientes ruidosos) es mucho mejor que antes, por lo que no te resultará difícil acostumbrarte a dar órdenes. Toda la interfaz está optimizada para que uses la voz como medio de entrada, por lo que no tardarás en acostumbrarte a dar órdenes del tipo "Xbox, ve a inicio", "Xbox, graba eso".

Desgraciadamente no puede decirse lo mismo de la detección de movimiento. Aún es notorio cierto retraso al querer navegar por los menús usando las manos, el desfase no es mucho, pero sigue siendo un problema que hará que los usuarios sigan usando el control y la voz para estas tareas.

Precisamente sobre el control, parecía muy difícil superar lo hecho con el mando de 360...

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