Bien subida en las tablas

AutorCorina Preciado

A Alejandra Tello la han corrido del teatro, le han retirado la palabra y le han dedicado insultos.

Cuando ella lo relata es difícil imaginar que una mujer tan menuda y afable sea capaz de despertar tanta ira.

Sin embargo, lo cierto es que su labor como crítica teatral ha levantado ámpula en la escena local, que en general no es muy fanática de los cuestionamientos.

"En Guadalajara tengo muchos amigos teatristas y de repente no distinguen que yo en el trabajo les diga, 'sabes qué, tu trabajo está mal hecho, yo considero que está mal hecho', 'Pero ¿Cómo es posible si eres mi amiga? ¡Eres una hipócrita!'", relata que le dicen, con un tono que delata que está acostumbrada a estos arranques.

"Ahora sí que los amigos de teatro que tengo es gente madura, que sabe distinguir las dos cosas".

Tello (Ciudad de México, 1970), quien desde pequeña disfrutó de la magia de las puestas en escena, recuerda claramente el momento en que decidió dedicarse a la crítica teatral.

"Fue cuando vi 'Este Cura No'. Me dije: alguien tiene que decirle al público que hay obras mal hechas. A mí no me gustó y yo veía cómo mucha gente salía desilusionada, yo entre ellas, y dije es que esto no puede quedarse así porque la gente va a alejarse del teatro", relata Tello, quien se mudó a Guadalajara cuando tenía 14 años.

A partir de este momento, la vida de Tello se ha acomodado de tal manera que el teatro ocupa el centro de su escena personal.

Desde su elección de una carrera universitaria hasta su actual labor como promotora, periodista y crítica, el teatro recibe la mayoría de los reflectores de Tello.

"Yo estudié Ciencias de la Comunicación porque era la única que tenía un semestre de teatro. No había antes la carrera de teatro de la UdeG o por lo menos yo no la conocía", recuerda Tello.

"No había tantas escuelas de teatro como ahora y mis padres querían que yo estudiara una licenciatura; entonces por eso me metí ahí y ya después me interesó el periodismo y ya empecé a combinar las dos cosas".

De esta mezcla nacieron sus primeros comentarios sobre teatro que aparecieron en el suplemento Ea del desaparecido diario El Jalisciense.

"Empecé a hacer comentarios en el Ea, todavía sin ser una crítica profesional ni nada. Yo nada más agarraba y hacía mis comentarios al ahí se va, como quien dice", relata.

"Ya cuando entré a El Informador, que fue terminando la carrera de comunicación en el 92, entonces ya me pude inscribir a la Asociación Mexicana de Críticos de Teatro y les mandé...

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