Bien recibido

AutorVíctor De Jesús Ramírez

Mi viaje por Kyrat ha sido espléndido. Sus impresionantes paisajes, que combinan heladas montañas con planicies de densa vegetación, a veces me hacen olvidar que estoy en medio de una guerra civil y la importancia de mi papel para liberar a esta región del Himalaya de su tiránico gobernante.

Esto me pasa a menudo. Cuando me pongo a explorar sus cuevas y lagos; cuando tomo mi arco y salgo a cazar jabalís, tapires o águilas, o cuando simplemente salgo a deambular en mi cuatrimoto (ala delta, bote, camioneta, es igual) puedo pasar horas perdido en la naturaleza.

Pero cuando el deber llama y cambio las flechas por el rifle de precisión y el fusil de asalto para ir a liberar algunos rehenes o me encomiendan alguna otra misión que involucre acabar con una gran cantidad de soldados de ejército contrario, sigo igual de fascinado.

Sobre todo, porque puedo completar estas tareas con total libertad. Ya sea que opte por entrar a bordo de mi elefante embistiendo todo a mi paso u otro día se me antoje rebanar sigilosamente las gargantas de mis enemigos con sólo un cuchillo como arma.

De cualquier forma, sé que si las cosas se ponen feas puedo llamar a un amigo para que me ayude y juntos...

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