Una niña bien... mala / Año Nuevo Orgásmico
| Autor | Milah |
¡Vaya intensidad del año que acaba de terminar! Sin embargo, a pesar de unos pocos sinsabores que lograron hacerme derramar una que otra lagrimita por ahí, el recuento general es inmensamente bueno. Me encanta cumplir un ciclo y sentir que crecí y aprendí de todo y de todos, pero más aún, amo despertar a un nuevo año y saber que está lleno de nuevas aventuras y decenas de proyectos que seguramente nos darán a todos horas enteras de placer y diversión.
Y adelantándome al inicio del 2013, aproveché la entrada del Año Nuevo y organicé un fin de semana lleno de cachondeo para lograr grabar el piloto de una miniserie en la que los podré llevar de la mano conmigo para introducirlos hasta mis más profundos secretos y compartirles todas mis aventuras de inicio a fin, así que desde temprano reuní absolutamente todos los juguetes, vestidos y disfraces que podrían hacerme falta y me instalé en un hotel para poder hacer todos los preparativos desde temprano junto con quien grabaría todas mis locas aventuras.
Mi socio en aquel proyecto me acompañó al hotel para documentar con su cámara mi día desde el momento en que comenzara a arreglarme, así que, sin más, al llegar me puse cómoda, me quité todo y únicamente quedé en una bata de baño mientras esperaba a quien sería mi acompañante de la noche.
-Milah, tocan ¿quieres que abra?
-Sí por favor, debe ser mi amigo.
Alcancé a escuchar a aquel valiente que se atrevería a salir en cámaras, de un brinco me le colgué y me correspondió con un beso apasionado que logró intimidar un poco a quien ya comenzaba a grabar, así que decidí quitarle la pena de una vez por todas y continué con el cachondeo al máximo.
De un jalón lo senté en el sofá y de mi bolsa saqué un juguetito que de inmediato comencé a usar sentada frente a él mientras seguían grabándonos. Luego de echar una mirada traviesa a la cámara, encendí el vibrador mientras abría la bata que me cubría y mi amigo comenzó a calentarse mientras me veía disfrutar y juguetear conmigo misma y sin resistir más se abalanzó sobre mi, me quitó por completo la bata y fue botando su ropa por todos lados.
La adrenalina de tener un testigo al lado hizo que aquel hombre estallara en pasión y de un solo movimiento me tomó de la cintura, me levantó y me tumbó para dominarme por completo posando su cuerpo desnudo sobre mi húmeda piel que ya lo pedía a gritos.
Con una pierna aún colgando me puso de lado y sin siquiera avisar, de pronto lo sentí por completo dentro de mí haciéndome...
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