Tiene uno bien grandotote

GUADALAJARA

SU MIRADA está fija. La imagen es de un grupo de niños corriendo tras un balón de futbol, que se abrazan y festejan un momento de diversión en un enorme terreno. Ximena Navarrete les aplaude y felicita su alegría.

"De un niño puedo aprender -y en general toda la gente- su sencillez, esa ilusión que tienen en sus ojos y su inocencia que, de repente, cuando vas creciendo, se va perdiendo", expresó ayer Ximena Navarrete, Miss Universo 2010, quien se encuentra de visita en el País.

Ayer, la joven fue testigo del convenio firmado entre Children International y la Cruz Roja en un centro comunitario en Santa Paula, Tonalá.

"Lo más importante en ellos son las ganas de vivir, las ganas de crecer y de jugar también. A veces se nos olvida a los adultos lo que es disfrutar todos esos momentos".

Desde que se coronó como la mujer más bella del universo, la tapatía, de 23 años de edad, se ha comprometido a apoyar a personas con diversas enfermedades, situación que, aunque la pone muy contenta por lo que se está logrando, también le ha costado asimilar.

"Lo que más he trabajado como Miss Universo es con personas con vih, que es la causa principal que he tenido desde que inicié, y me ha tocado ver muchas situaciones difíciles. Ves a las familias cómo se esfuerzan y cómo les cuesta trabajo, por eso he trabajado con Aid for AIDS, una organización increíble que les da medicinas y les brinda todas las oportunidades para prevenir, los educa y los orienta".

"También los casos de personas con cáncer, que han sido de los más difíciles. En ciertos hospitales que he visitado he convivido con...

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