Sin bichos en restaurantes

AutorLuis Vilchis

Es de madrugada. Una vez que cierra el restaurante, el personal de la cocina se dispone a limpiar y guardar trastes en gavetas herméticas, pues está a punto de llegar el controlador de plagas.

Esta vez, la empresa Fauna Nociva envía a Miguel Armas, su técnico especialista. En cada servicio, viste un overol blanco, guantes, botas, goggles y mascarilla, lo necesario para protegerse.

Una vez en el interior de la cocina, comienza con la inspección mensual. Hay que mover aparatos, alacenas y todo lo que no esté fijo a paredes o pisos; la idea es encontrar indicios de plagas.

No hay nada. Parece que el establecimiento ha seguido las recomendaciones realizadas en la primera visita (reparar las grietas y fisuras por donde los animales pudieran entrar); además, el personal regularmente reacomoda las cosas de la bodega para evitar que los bichos se escondan ahí.

Ahora, sólo queda aplicar en las uniones de paredes y pisos el producto que mantendrá, por un mes, alejadas a las cucarachas, hormigas y otros insectos.

¡EVÍTELOS!

Las normas de salubridad que requieren los restaurantes para operar están bien definidas, pero, aun siguiéndolas, los bichos podrían ingresar en bodegas y cocina.

Aun cuando los alimentos y productos que vayan a utilizarse hayan sido empacados y estén revisados, entre las cajas se pueden colar estos seres y comenzar a formar una colonia en un lugar donde no faltarán protección y comida.

Esa es la razón por la que resulta importante revisar constantemente las bodegas y alacenas y mover las cosas. Así, los dueños y administradores del negocio podrán detectar cualquier anomalía.

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