Biblioteca de colección
| Autor | Jorge Ricardo |
Entrar y ver, más que una biblioteca, un museo. El de la formación intelectual de José Luis Martínez, que durante sus 89 años reunió 70 tomos de la Enciclopedia Universal Ilustrada; 214 ejemplares de la colección venezolana Biblioteca Ayacucho; 225 números de las antologías literarias de Tierra Adentro; 452 números de la serie Sepan Cuantos...; 529 títulos de la colección Breviarios del Fondo de Cultura Económica.
Los números dicen que reunió 73 mil 500 documentos, entre libros, fascículos de revistas, cartas, fotos, catálogos y mapas. A su muerte, en marzo de 2007, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) los compró en 2 millones de dólares y el miércoles pasado los abrió al público en la Biblioteca México José Vasconcelos con un diseño especial que dice más que lo que cualquier biblioteca pública dice.
Las medallas que se exhiben en el Fondo con su nombre dan cuenta de un director de la Academia Mexicana de la Lengua y del Fondo de Cultura Económica que recibió medallas como la José María Vigil al jalisciense distinguido, de Comendador de la Orden al Mérito de la República Italiana o la del Premio Nacional de Literatura y Lingüística.
Es una biblioteca personal, y en un recorrido se puede notar al editor que consiguió, por ejemplo, una versión original de Obras espirituales que encaminan a un alma a la unión perfecta con Dios, de San Juan de la Cruz, impresa en Sevilla en 1703; Apuntes de la vida de José Miguel Uribe y Alcocer, formados por él mismo entre 1801 y 1802. "Sano ya de los fríos en el cuerpo, quedó un resfrío en el alma", una edición original de El llano en llamas, autografiada por Juan Rulfo, o el tercer borrador a máquina de Picardía mexicana, de Armando Jiménez, a la que José Luis Martínez le puso el título.
"Los jóvenes se darán cuenta de cómo uno de los más grandes intelectuales mexicanos formó su punto de vista", dijo la presidenta del Conaculta, Consuelo Sáizar, el día de la inauguración. "Más que una biblioteca de libros es una biblioteca de series, de colección", agregó Rodrigo Martínez Baracs, hijo del diplomático y editor.
No había un afán de coleccionar por coleccionar sino de reunir bajo un juicio selectivo. Con el punto de vista exquisito de quien con libros como La expresión nacional: letras mexicanas del siglo XIX o La literatura mexicana del siglo XX dio orden al panorama de la creación nacional...
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