BENCHMARK / Póngase el traje de Ironman

AutorJorge A. Meléndez Ruiz

¿Quién no soñó de pequeño ser súper héroe? Volar, leer la mente y claro, contar con una fuerza supernatural.

Hasta ahora, algo reservado para niños y películas de ciencia ficción.

No más. Veamos.

De acuerdo con el sitio "howstuffworks", la idea de suplementar al cuerpo humano con músculos mecánicos fue tratada por primera vez en 1868, en la novela "El hombre de vapor de las praderas", de Sylvester Ellis.

Johny Brainerd tenía montado a su cuerpo un motor de vapor gigante para correr a 100 kilómetros por hora y aterrorizar a búfalos e indios.

En 1961, dos años antes de que se creara el cómic de Ironman, el pentágono estadounidense empezó a experimentar con robots moldeables al cuerpo, llamados exoesqueletos (similares al de algunos insectos y crustáceos).

"Por años, los exoesqueletos estuvieron limitados por la tecnología disponible: computadoras y procesadores lentos, fuentes de energía poco portables y músculos electromecánicos débiles y voluminosos", señalan los periodistas Kevin Bosnor y Patrick Kiger.

Ya para la década de los 2000 la búsqueda del traje de Ironman en la vida real tomó vuelo. Y los militares proveyeron el combustible.

El programa DARPA del pentágono creó un fondo de 75 millones de dólares para incubar tecnología para desarrollar exoesqueletos que aumentaran el desempeño humano.

Querían una máquina que permitiera a un soldado llevar cientos de kilos por días sin cansarse, cargar armas pesadas que típicamente requieren varios operadores, o trasladar a heridos.

Para el año 2010, DARPA había generado tecnología que prometía.

Por ejemplo, el gigante Raytheon creó el Sarcos 2, un exoesqueleto que permite lograr algunos de los objetivos del ejército. ¿Y sabe quién usó para promoverlo en un video? Al actor Clark Gregg, de la película Ironman (verlo en nuestros sitios).

La empresa californiana Berkeley Bionics (BB) tiene el HULC (cargador humano por sus siglas en inglés), un exoesqueleto que puede trabajar por 20 horas sin parar cargando casi 100 kilos.

El programa "Naked Science", de National Geographic, retó al HULC: lo puso a competir con un atleta.

¿Quién subiría más rápido los 149 escalones del estadio Memorial de la Universidad de Berkley cargando 70 kilos: un atleta consumado o un ingeniero nerd de BB usando el HULC?

Sus ritmos cardiacos fueron monitoreados al subir. ¿Sabe qué pasó? El atleta inició rápido, pero no llegó. Literalmente casi se desmaya. El nerd llegó sin sudar o despeinarse. "Es lo más difícil que he hecho...

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