BENCHMARK / ¡No nos volverán a saquear!

AutorJorge A. Meléndez Ruiz

"Es ahora o nunca. Ya nos saquearon. México no se ha acabado. ¡No nos volverán a saquear!".

Así exclamó José López Portillo en su sexto informe de gobierno al anunciar la nacionalización de la banca privada, un control cambiario y quitarle la independencia a Banxico, el 1º de septiembre de 1982.

Este viaje a la historia es hoy más relevante que nunca.

Te cuento que unas horas antes, JoLoPo invitó a su gabinete ampliado a un desayuno donde les anticipó su fatídica decisión y les pidió su apoyo.

Oh sorpresa: todos aplaudieron como focas. Pues claro, era un Tlatoani poderoso y carismático. Un jefazo cuya promesa de "administrar la abundancia" estaba terminando en un lugar muy distinto y desagradable.

En el coro de aplausos hubo un disidente: Adrián Lajous, el Director del Banco Nacional de Comercio Exterior. Un hombre analítico y crítico que optó por escuchar a su experiencia... y no calló.

Un año después, Lajous reseñó este desayuno en un gran artículo.

"Explicó (López Portillo) que el país había sido saqueado por malos mexicanos que se habían llevado veintitantos mil millones de dólares al extranjero. Atribuyó buena parte de la culpa a los banqueros que, alegó, habían auspiciado y propiciado la fuga de divisas", explica Don Adrián.

Y aunque el Ex Director de Bancomext no alabó a los banqueros, francamente vio la culpa en otro lado:

"Para mí era claro que el principal responsable de la fuga de capitales era el gobierno mismo; estaba manteniendo una paridad artificial cuando en el mundo real el peso se había devaluado por la inflación provocada por el gasto deficitario. La mercancía más barata que había en México eran los dólares a 26 y 27 por uno. Esta fue la verdadera causa de la dolarización de la economía y la fuga de capitales".

Por lo tanto, su conclusión sobre la causa raíz real de la nacionalización bancaria es francamente muy interesante:

"Pensé y sigo pensando que, consciente o inconscientemente, el verdadero móvil de José López Portillo era calmar sus angustias existenciales".

O sea, la nacionalización se derivó del choque de los sueños grandiosos del Presidente con las inescapables consecuencias de un gobierno dispendioso y desordenado.

La realidad no admite "otros datos". Tarde o temprano se impone.

Lajous fue valiente: habló, no firmó su apoyo... y perdió su puesto.

Y ese sexenio culminó en una terrible crisis económica cuyas consecuencias de alguna forma se extendieron seis años más.

Esta anécdota viene hoy mucho al caso. Creo...

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