BENCHMARK / La ley de los ineptos

AutorJorge A. Meléndez Ruiz

"El nivel de talento en cualquier puesto directivo en una organización grande eventualmente convergirá a la persona más inepta que tenga esa posición".

Al leer una noticia la semana pasada, no pude dejar de pensar en la "ley de los ineptos", del exitoso inversionista Ben Horowitz. La nota es:

Pagan viajes VIP a senadores. El Senado financió en 2014 boletos de avión de más de un cuarto de millón de pesos por persona. Ejemplo: Manuel Cavazos (PRI) gastó ¡$277,000 en un solo boleto!

Está de locos, y peor aún: es la tercera vez que escribo en 18 meses de casos idénticos. En octubre del 2013: Ernesto Cordero (entre otros, PAN) gastó $122,000 en un boleto (relea "Vivir del presupuesto"). Y en septiembre del 2014: Marcela Guerra (entre otros, PRI) erogó en promedio $112,000 en avión y viáticos de 18 viajes (relea "Déjà vu... oootra vez").

Se publican las notas y se hace escándalo. Promesas de cambio, pasa el tiempo y... todo igualito. ¿Por qué? Por la "ley de los ineptos", prevalente en nuestra política... y en muchas empresas.

Para entenderla, revisemos el famoso Principio de Peter: "en una jerarquía, todos los empleados tienden a llegar a su nivel de incompetencia". Esta simpática máxima apareció primero en el libro del mismo título del profesor Laurence J. Peter en 1969.

Peter explica que el modelo jerárquico es el más común: la típica pirámide, donde los puestos son de mayor responsabilidad conforme se sube. De seguro, es la estructura de su empresa.

En una jerarquía, lo típico es promover desde adentro para que los empleados crezcan y para que los jefes conozcan bien la estrategia y operaciones.

Entonces, en puestos importantes hay empleados que han sido promovidos tras destacar en tareas anteriores. Por lo que una carrera exitosa consta de varias promociones... hasta que el empleado se atora.

Hasta que no puede. Hasta que es promovido a un puesto donde los requerimientos lo superan. Hasta que se le promueve a su nivel de incompetencia.

De acuerdo con Peter, eventualmente, todos los puestos superiores serán ocupados por incompetentes. Y rara vez se despide a un empleado que se estanca, a menos de que sea "superincompetente": que lo definan sus errores.

El incompetente simplemente es mediocre y ya. Y dado que de todas formas la gran mayoría del trabajo lo realiza la base de la pirámide (donde no hay incompetencia), una empresa sobrevive indefinidamente con jefes tarados.

Bueno, eso dice Peter. ¡Ojalá no le suene familiar!, pues la "ley de los...

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