BENCHMARK / La gota que derramó el vaso
| Autor | Jorge A. Meléndez Ruiz |
"Tendríamos que dejar de echarle la culpa a la gota que derramó el vaso y responsabilizarnos de lo fácil con lo que dejamos se llenara".
Un sensacional pensamiento que me mandó un amigo. Juguemos con el concepto con 15 ideas para la política, los negocios y la vida.
POLÍTICA
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En lugar de quejarnos sobre la muerte de la gallina de los huevos de oro, mejor hagámosle la autopsia para descubrir las causas del deceso y dar con los responsables. No vaya a ser que se nos mueran así todos los animales de la granja.
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Es bueno que un enorme grupo de gordos decida comprarse ropas menos lujosas para ahorrar en su gasto, pero sería mejor que se pusieran a dieta, bajaran de peso y redujeran su número (por si no le entienden políticos: ¿cuándo hablarán de recortes a la enorme cantidad de burócratas en todos los poderes y niveles y a sus enormes prestaciones?).
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Parafraseando a Einstein: se necesita estar loco para pensar que crear un comité (o comisión) para analizar un asunto que ha sido estudiado decenas de veces llevará a un estado de cosas distinto al actual. No comités, sí ejecución. ¡A jalar!
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Resulta conducente contar las cosas buenas, pero es más relevante tomar acciones para que se den. Ah, y las cosas buenas de a de veras provienen de un gasto frugal y honesto. Recuerden: el que mucho presume, de todo carece.
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La lealtad es una virtud pero nunca debe de ser más importante que la honestidad y la inteligencia. Elijan así elijan a sus equipos de trabajo. Ah, y el jefe no siempre tiene la razón.
NEGOCIOS
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En el mundo ultra conectado y disruptivo, el consenso permanente es el camino más rápido al cementerio corporativo. El debate inteligente es clave para innovar... y sobrevivir. Donde todos están de acuerdo, sobra gente.
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Si la unión hace la fuerza, la calidad de sus equipos de trabajo es el cimiento del triunfo consistente. Contrate estrellas y luego... ¡déjelas trabajar! Remuévales obstáculos.
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Es cierto que echando a perder se aprende, pero hay que aprender a hacerlo bien. Tres cosas para "fracasar bien": hacerlo temprano, aprender lecciones para el futuro y no arriesgar el futuro o reputación de la organización.
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El tiempo de la siesta se acabó, el mañana es hoy. En un mundo de disrupción, el camarón que se duerme se lo llevará siempre la corriente. Hay que estar muy al pendiente de la competencia, la tecnología y los clientes. El cambio es la única constante.
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Si no pichas, batea. Si no chachas, picha. Si no bateas, picha o cacha...
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