BENCHMARK / ¡Factúreme el cadáver!

AutorJorge A. Meléndez Ruiz

Imagine que contrata un seguro de vida. Desafortunadamente fallece y cuando sus familiares intentan cobrarlo, la aseguradora les dice: claro, sólo falta una cosita, ¡factúrenme al cadáver!

Seguramente pensará: que ejemplo tan ridículo. Mmmm, aunque usted no lo crea, eso es exactamente lo que hacen las aseguradoras en México al pagar una pérdida total de un vehículo.

Me acaba de pasar con Qualitas, pero mi broker asegura que todas lo hacen. Tuve hace poco un accidente (no tuve la culpa y gracias a Dios sin lesionados) donde mi camioneta fue pérdida total.

Todo bien y muy amables... hasta que llegó el requisito final: tenía que facturarles la unidad. ¿Y sabe que implica esto? Pagar impuestos: el ISR del "ingreso" por la venta y el IVA cobrado.

Una ridiculez porque no me dedico a vender carros y aparte ese "ingreso" no es real: ¡es el pago por un vehículo que se perdió!

¿El impacto? El valor de libro azul era 330 mil pesos. La aseguradora pagó 355 mil, pero los impuestos a pagar por la operación son de más o menos 50 mil pesos. El pago final neto fue de 305 mil pesos.

¡Me fregaron (es otro verbo, pero no quiero ser grosero) el 8 por ciento del valor de reemplazo! Y podría haber sido muuucho peor, porque yo tenía una cláusula que pagaba 10 por ciento más por pérdida total.

Lo que de a tiro es el colmo es que estas prácticas leoninas son indebidas. La normatividad 5/IVA/NV publicada por la SHCP en el Diario Oficial en diciembre del 2016 no deja duda:

"Es una práctica fiscal indebida expedir una factura por la cantidad resarcida por la empresa aseguradora". Más claro ni el agua.

Pero a Qualitas y a las demás aseguradoras les vale mamá esta normatividad. Se "protegen" con la letra chiquita del contrato del seguro.

El afectado no sólo pierde su vehículo, sino que la aseguradora lo doble victimiza. Su protector se convierte en su verdugo.

No me quejo porque soy afortunado en muchas cosas. Pero me pongo en los zapatos de otros con menos suerte y es una fregadera: quizá un carrito que alguien perdió en un accidente tendrá que ser reemplazado por otro menos bueno. Y todo por culpa de la aseguradora.

El anti-servicio al cliente. El asedio que sufrimos los que pagamos impuestos y cumplimos las reglas. Apenas 43 por ciento de la población que no sólo es exprimida por el gobierno con impuestos y trámites burocráticos, sino que también tienen que soportar prácticas de oligopolios abusivos.

Tomemos otro caso: las tarjetas de crédito. ¿Qué pasa en México...

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