BENCHMARK / Los bueyes del compadre

AutorJorge A. Meléndez Ruiz

"Hágase la voluntad de Dios, pero en los bueyes de mi compadre".

Este proverbio mexicano es como la biblia para nuestros políticos y funcionarios. Siempre buscan que los bueyes del compadre -los ciudadanos- sostengamos sus cargas.

Revise esta noticia reciente -que se presumió como gran logro- y dígame si no:

Al menos 4 mil trabajadores de Pemex serán reubicados este año. Como sus plantas dejaron de operar, este personal no trabajaba desde hacía 2 años. Adicionalmente, 8 mil trabajadores más fueron ya reubicados.

De bote pronto, me pregunto:

· ¿Por qué se tardaron dos años en hacerlo?

· ¿Qué empresa privada sobreviviría pagando varios años a 12 mil empleados por no hacer nada?

· ¿A poco los reubicados sí trabajan ahora mucho en sus puestos nuevos?

Detrás de esta nota se esconde una tremenda displicencia, dado que la productividad de Pemex es risible. Sus ventas por empleado en el 2012 fueron la mitad de las de Petrobras, la quinta parte de la colombiana Ecopetrol, la séptima parte de la noruega Statoil y poquito más de la octava parte de las de Exxon Mobil.

¿Por qué Pemex no liquida en vez de "reubicar"? Está dejando pasar una oportunidad de oro para mejorar su paupérrima productividad.

La cosa no para ahí: las reubicaciones están para Ripley.

A cada trabajador se le bonificará con el equivalente al 150 por ciento de lo que resulte de 20 días por año trabajado. Más caro el caldo que las albóndigas: reubicarlos costará más que correrlos. ¿Años trabajados? ¡Pero si llevan 3 años sin hacer nada!

Y aún hay más: les pagarán menaje más gastos de transporte y les darán 18 meses de ayuda para renta. El colmo: "si sufren algún trastorno" les pagarán 100 días de trabajo. Claro, ¡seguro les trastornará trabajar después de tan largas vacaciones!

Sucede que el Gobierno se sirve con la cuchara grande y compra su alimento con nuestra plata.

Seguramente ya notó el impacto de la reforma cobrona de Peña. Si es de los que más gana, ya recibió menos dinero en su quincena.

De hecho, hace unos días publicamos una nota que revela cómo -dependiendo del nivel de ingreso- las tasas impositivas de México son entre 7 y 47 por ciento superiores a las de Estados Unidos.

Aparte, ya pagamos más por el alimento de mascota, los refrescos y las botanas. Sus deducciones personales ya están topadas. Y también pagará más si -tras una vida de trabajo- tiene una buena casa y la vende, o si recibe dividendos o ganancias en acciones.

Ah, y su empresa quizá también pase a la caja...

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