BENCHMARK / 'Arreglar' el organigrama
| Autor | Jorge A. Meléndez Ruiz |
Tiene usted un problema en su organización. Las cosas no funcionan como lo ha planeado. ¿Qué hacer?
Una solución típica y rapidita: modificar el organigrama.
Cambiar o hacer enroques con los jefes de área. Crear un nuevo departamento. Pasar de una estructura funcional a una de segmentos. O a lo mejor, dar el triple salto mortal a la famosa "estructura matricial".
Muchos líderes que optan por esta vía se sienten satisfechos: tomaron acciones contundentes.
¿Y tras unos meses? En el mejor de los casos, todo igual... y muchas veces, todo peor.
La estructura no era el problema. Quizá el producto, la estrategia de ventas, el servicio al cliente, un nuevo competidor agresivo, etc.
La solución fue ficticia. Faltó dar con las causas raíz. Faltó trabajo e introspección.
"Arreglar" la estructura es atractivo: en papel, se arma fácil.
Esto que sucede a veces en los negocios, es norma en la política. Ahí les encanta "arreglar" todo con la estructura.
Tomemos al reluciente y pronto a nacer Instituto Nacional Electoral (INE). Ah qué bonito nombre... con razón los políticos se emocionan.
Emoción no justificada. Típico caso de "arreglar la estructura". Una solución que no responde a la problemática.
El IFE por lo menos tiene los siguientes problemas:
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Está dominado por los partidos, no por ciudadanos.
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Las elecciones son costosas; los partidos reciben demasiado.
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No hay consecuencias graves para el que viola leyes y límites de gastos.
Por otro lado, es claro que los Institutos Estatales tienen sus bemoles. Los gobernadores casi siempre controlan sus congresos, y:
· El Instituto no es independiente del gobernante.
· Problemas no se hacen públicos. Muchos medios estatales dependen del gobierno para subsistir.
· A diferencia de las elecciones federales, el gasto estatal electoral puede ser pequeño. La trampa: usar el presupuesto para promocionar a funcionarios que luego son candidatos.
· Los que abusan del proceso quedan impunes.
¿Cree que el nuevo INE arreglará esto? ¡Claro que no! Parte del control político y administrativo pasará de los estados al centro. Algo alineado al estilo centralista de Peña.
Seguro no será más barato. Le apuesto que los partidos políticos están ya salivando por las nuevas "oportunidades".
¿La eficiencia? Ahí le encargo. ¿Y de veras creen que con más control burocrático habrá más consecuencias para los que gasten de más y violen leyes?
Lo dudo. "Arreglar" el organigrama no arreglará nada.
Ojalá que este fuera el único caso. No...
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