BENCHMARK / Aprenderle al 'Piojo'

AutorJorge A. Meléndez Ruiz

Como show, me cae bien Miguel Herrera. Seguramente, sería un buen amigo para disfrutar unas cervezas. Pero como líder es malísimo.

Siempre he creído que en la vida se aprende más de lo que es muy bueno... y de lo que es muy malo. Lo primero se imita y lo segundo se evita. Los tonos grises siempre son más difíciles de descifrar.

Herrera no cayó por el incidente con Martinoli y García, sino por una cadena de errores. ¿Qué podemos aprender del viaje del "Piojo" de héroe nacional a villano en sólo un año? Le propongo 5 lecciones:

  1. No perder enfoque.

    Imagine un director de un banco que tiene una banda de rock que sale de gira todos los fines de semana. Seguramente, terminará descuidando sus labores. Herrera se convirtió en un "rock star": perdió la mira, se mareó en su fama.

  2. Separar familia de trabajo.

    Es de kínder, pero ¿qué tenía que hacer Mishelle Herrera en los viajes y actividades de la selección? A cualquiera le pasa: la objetividad y la calma se pierden cuando existen amenazas reales o percibidas a la familia. Un líder nunca debe inmiscuirla en sus actividades profesionales sin que existan razones objetivas para hacerlo.

  3. Mantener las relaciones claves.

    En inglés se le llama "constituencies", y son las relaciones centrales del ecosistema de una organización, como proveedores, clientes, accionistas, etc. Impensable que un líder triunfe si pelea con éstas. ¿Y a poco la relación con los medios no es una clave para el entrenador de una selección?

  4. Controlar la ira.

    Como vimos aquí mismo hace poco, un enojo constructivo puede ser muy bueno (relea "Sr. Presidente: ¡enójese!). Pero la rabia sin control es pésima consejera para cualquiera. Y es mortal para un líder cuyas acciones -por definición- siempre estarán sujetas al escrutinio. Ah, por cierto: un líder debe tener la piel bien gruesa.

  5. Evitar las excusas.

    Las excusas evitan que se aprenda de las fallas y se corrija y ajuste. Y Miguel Herrera tiene un doctorado en "barras".

    Me detengo en la última lección, pues creo que es el error más importante del "Piojo". El que no hace una introspección sobre sus yerros nunca aprenderá de ellos y no triunfará consistentemente (relea "Fracasar para triunfar").

    En un mundo ultracompetitivo, el fracaso es inevitable, pero los que aprenden de sus tropiezos pueden triunfar en grande.

    Por ejemplo, antes de ser una estrella, Harrison Ford batalló 9 años siendo carpintero. Uno de sus clientes fue George Lucas, y el resto es historia. O qué tal J.K...

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