BENCHMARK / Ahí está la trampa

AutorJorge A. Meléndez Ruiz

"Apunto una lección final: jamás dejen que controlen la Corte Electoral. Ahí está la trampa".

Parte de unos comentarios que escribió hace unos días un amigo boliviano que reside en La Paz en uno de mis grupos de WhatsApp (puedes leer sus comentarios completos en nuestros sitios).

Invaluables lecciones sobre la crisis boliviana. A fin de cuentas, vienen de una persona inteligente y genuinamente preocupada por la desigualdad social. Alguien que presenció desde la trinchera el caos que produce un populista que pretende perpetuarse en el poder.

Mi cuate nos advierte: detengan el proceso populista en México. Aprecia las similitudes y sabe muy bien a donde conduce el camino.

Me llamó mucho la atención su consejo final porque revela la atención a esos lugares donde siempre se esconde el diablo: los detalles.

En el caso de Bolivia, afirma que sólo la primera elección que ganó Evo fue legítima. "Todas las demás fueron fraudulentas". Por eso la necesidad de controlar tribunales y autoridades electorales.

A fin de cuentas, es parte del indispensable debilitamiento de las instituciones que requiere el populismo para enquistarse.

La politóloga Gloria Álvarez explica muy bien (vea un video en nuestros sitios) la fórmula del populista para derrumbar instituciones:

  1. Elegir un enemigo interno (el antipueblo) y uno externo.

  2. Demarcar la lucha: el pueblo bueno vs. el enemigo.

  3. Fomentar odio al enemigo: la mafia del poder, la oligarquía, etc.

  4. Enamorar al pueblo. Pueblo bueno = gobernante bueno.

  5. Controlar los tres poderes y eliminar voces opositoras.

  6. Adoctrinamiento masivo: redes, medios, educación, etc.

  7. Mantener "feliz" al pueblo con gasto, subsidios, dádivas, etc.

Pero este "mundo fantástico" no es sostenible. El financiamiento se agota y el modelo se derrumba. El desenlace es 100% predecible.

¡Uffff! Tras un año de Gobierno, esta receta realmente provoca escalofríos por las evidentes similitudes con el Gobierno de la 4T.

Y, peor aún, todo llevado a cabo con un estilo sutil y dicharachero desde el púlpito mañanero y las campañas electorales que un fin de semana sí -y el otro también- lleva a cabo Andrés Manuel.

Los diabólicos detalles del debilitamiento institucional son claros. Bajo las excusas de corrupción, mafias y austeridad buscan modificar la estructura de tribunales e instituciones.

Se les ahoga presupuestalmente, se presiona para que renuncien consejeros o directivos independientes para instalar a personas a modo con el régimen. Están...

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