Bebés a la carta

AutorDavid García

Ha sido criticada por no cubrir a sus bebés del frío, por dejarlos sobre la superficie de una mesa o por no ajustarles el cinturón en una carreola.

Incluso, ha estado a punto de ser detenida por meterlos en la cajuela del auto... pero Gabriela Gómez Macal, la artista creadora de Twinkle Babies, está acostumbrada a dar explicaciones y a verse rodeada de curiosos incrédulos.

Las obras de arte que crea son hijos que no respiran, pero sí inspiran ternura y afán de protección, por su apariencia, idéntica a la de bebés reales.

"Son conocidos como reborns, y existen convenciones mundiales en las que varios artistas presentamos nuestros trabajos, la próxima a la que asistiré es a la Feria del Juguete, en junio en Inglaterra. Hay toda una cultura alrededor de ellos", dice.

Y no es para menos. Su clientela son en su mayoría mujeres mayores de 30, profesionistas, y coleccionistas "La preferencia es más de niñas que de niños, pero al ser piezas únicas, se trabaja más sobre pedido. Se usan incluso en obras de teatro, uno está ahora en Todo Sobre mi Madre".

Hay desde bebés prematuros hasta de un año ó 2. Los más solicitados son los recién nacidos dormidos.

EL FACTOR PSICOLÓGICO

Los "reborn" han creado polémica. De hecho la BBC realizó un documental, mostrando el lado patológico en donde las mujeres los consideran como bebés reales, llevándolos en carriolas de alto costo a las expos.

Algunas, incapaces del embarazo o que no quieren embarazarse, las adquieren para sublimar su instinto materno; las peinan, las visten con ropa cara y les hablan.

"Pero el producto no es el que provoca estas conductas, sino el tipo de personalidad y carencias afectivas de algunas mujeres. Una parte de tu mente piensa que es real, te genera la sensación positiva que tienes ante un bebé, te despierta ternura, una sonrisa, lo abrazas y te hace sentir muy bien.

"Es una pieza de arte con un componente emocional, pero alguien con una patología previa o personalidad adictiva, o alguien con distorsión de la realidad y que no haga la diferencia sí puede verse afectado, pero eso le pasa con y sin esta pieza de arte", afirma Gabriela, quien también es sicóloga y tanatóloga.

Justamente por su profesión fue como nació el gusto por este arte, recuerda, al formar parte de la unidad de cirugía cardiovascular de un hospital público, en el que hacían cirugías de corazón abierto a bebés con problemas cardiacos.

"Era importante poder enseñar a los papás los cuidados postoperatorios, porque les...

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