Beatriz Iacoviello/ Leni Riefenstahl: 100 años de polémica

AutorBeatriz Iacoviello

"Siempre anduve a la búsqueda de lo insólito, de lo maravilloso y de los misterios de la vida", sostiene en el comienzo de sus memorias. Leni Riefenstahl fue y es una mujer polémica, pero también una de las más grandes artistas del siglo XX. Su mirada tras la cámara y sus innovadoras ideas, aún inmersos como estamos en plena era digital, no han sido superadas. Además, la que fuera estrella de la UFA y cineasta de Adolf Hitler regalará al mundo, en estreno mundial, el filme Impresiones submarinas, fruto de más de dos mil inmersiones.

Leni nació en Berlín en 1902. Comenzó su carrera como bailarina y actriz, hasta que una lesión de menisco la alejó temporalmente de la escena. En 1924, junto con el Dr. Arnold Fank escribió y realizó su primera película, El Monte Sagrado.

En 1932 dirigió La luz azul, que la lanzó a la fama internacional tras ser premiada en el Festival de Venecia. En ese año tuvo también un encuentro que marcaría el resto de su vida: Hitler quería conocerla. Cuántas veces debe de haber maldecido Leni Riefenstahl el día en que decidió enviar una carta a Hitler porque, según explica en sus memorias, quería formarse una opinión propia sobre él para saber si era un charlatán o era un genio. Esa nota fue contestada con los sentimientos de admiración que su trabajo despertaba en el Führer, del que ya no pudo librarse. Con la subida al poder del Tercer Reich, se vio obligada a aceptar la dirección de dos documentales sobre el congreso del partido, El triunfo de la fe (1933) y El triunfo de la voluntad (1936). Esta última obtuvo el Premio Nacional de Cinematografía, la medalla de oro en la Bienal de Venecia, y medalla de oro en la Exposición Universal de Paris de 1937. Sus anteriores triunfos la llevarían a su mayor hito profesional con las dos partes del documental Olimpiada (1938).

Con esta propuesta de filmación no sólo dejó una obra maestra sino que innovó en técnicas cinematográficas, de la que será precursora al crear tomas clásicas, como la utilización del travelling de modo innovador. Tuvo a 60 operadores trabajando a sus órdenes y empleó de modo experimental métodos revolucionarios. Mandó colocar ruedas bajo las cámaras para poder seguir la marcha de los atletas y cavar fosos en el estadio para captar los saltos desde una perspectiva aérea. Se valió de un objetivo de 600 mm, el de más largo alcance para la época, y de una cámara subacuática, ideada especialmente por uno de sus colaboradores, para los saltos de trampolín. El...

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