El batallón detrás de ?El Cascanueces?

Alida Piñón

CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 17 (EL UNIVERSAL).- Hay un griterío en la entrada de artistas del Auditorio Nacional, de pronto una ola de niños y jóvenes de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) invade el recinto con sus risas, su adrenalina, sus nervios y su entusiasmo por salir al escenario para ser parte de la temporada de ?El Cascanueces? a cargo de la Compañía Nacional de Danza del INBA con música en vivo y un total de 80 bailarines en escena.

Todos los más pequeños se preparan en los camerinos, se alistan para maquillaje, vestuario; se ayudan entre sí, se maquillan unos a otros, se ajustan sus ropas. Hay maestros de la Escuela por todos lados. ?¡Están listos los ratones!?, ?¡Salen los bombones!?, ?¿Dónde está el angelito??, ?¿Cómo van los soldados?? Hay preguntas a cada instante. Parece que hay un caos, pero no, muchos de los maestros y miembros del staff de la Compañía y personal asistente llevan años detrás de este ballet que en su temporada 36 contará con la participación de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes con 70 integrantes, bajo la batuta del maestro Srba Dinic y que este año se presenta en la versión íntegra del afamado ballet con coreografía de Nina Novak, basada en la original de Lev Ivanov, y música de Piotr I. Tchaikovsky.

Las maestras lo tienen todo bajo control, saben de memoria los tiempos, las prisas, el instante justo para comenzar a correr, son los dueños detrás de la escena del espectáculo emblemático de la temporada navideña en la Ciudad de México.

En un camerino está Miguel Garabenta, responsable del vestuario, cosiendo los detalles de los tutús de las bailarinas. Afuera todos corren, pero Miguel está tranquilo. ?Es el ballet más grande de la compañía, son más de 200 vestuarios, cada uno tiene demasiadas cositas, por eso es tan complejo; están las mallas, la pechera, la corbatita y otras cosas para uno sólo; hay otros con el tocado, con el vestidito; hasta el más simple vestuario tiene cosas muy complicadas y laboriosas. Hay muchas cosas de todo, ángeles, ratones, hadas. Creo que llevo seis años a cargo del vestuario y a veces me parece que llevo 15. Claro que siempre es el mismo, pero lo vamos ajustando, siempre hay algo qué reponer. Además ahora estamos haciendo algunas cosas nuevas?, indica con voz parsimoniosa.

Miguel tiene en su memoria decenas de historias detrás de la magia navideña del Cascanueces, con el tiempo todas se vuelven...

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