Reprivatización, quiebra bancaria y nacionalización Inminente

AutorHilario Barcelata Chávez
Páginas195-196
La Economía Mexicana. Crisis y reforma.
.
Hilario Barcelata Chávez
195
REPRIVATIZACIÓN, QUIEBRA BANCARIA Y NACIONALIZACIÓN
INMINENTE. 06 de julio de 1995
Una de las grandes "proezas" del proyecto reprivatizador salinista fue, sin duda, la
venta de los bancos comerciales en poder del Estado a inversionistas particulares.
Desde la nacionalización de la banca en 1982 hubo un clamor generalizado por parte
de grandes grupos empresariales privados en el sentido de devolver los bancos a la
iniciativa privada.
Clamor que se sustentaba en argumentos como que el gobierno era un mal
administrador, que incurría en marcadas ineficiencias que provocaban un mal servicio,
elevados costos de operación y la generación de obstáculos al adecuado
funcionamiento de los mercados. A diez años de haber sido nacionalizados, los bancos
volvieron a la iniciativa privada. Sin embargo, el proceso de venta demostró que lo que
se decía en contra de la eficiencia del gobierno no era tan cierto. El gobierno vendió
bancos muy productivos y obteniendo altos niveles de ganancia. Más, inclusive, que
cuando eran privados. A partir de este momento, poco a poco se empezó a resentir el
cambio en los bancos: la elevación del costo de los servicios, la discriminación a los
pequeños ahorradores, las elevadas tasas de interés producto de los elevados costos
de operación de esos bancos. Finalmente la crisis que se agudizaba desde principios
de 1994 y el colapso de fines de ese mismo año demostraron que los empresarios
privados no son, después de todo, tan buenos como ellos pregonaban, para
administrar los bancos.
La insolvencia, la quiebra y la liquidación final de los bancos se volvieron una amenaza
real y tangible que sólo ha podido ser evitada por quien fue vituperado como mal
administrador: el gobierno mexicano.
Efectivamente a raíz de la crisis de solvencia que viven los bancos privados el gobierno
mexicano se ha visto en la necesidad de canalizar recursos financieros para apoyar la
precaria situación bancaria.
Según revelan datos de la Secretaría de Hacienda, el Banco de México y la Comisión
Bancaria y de Valores, el gobierno del país ha otorgado apoyos a los bancos privados
por cerca de 19,952 millones de nuevos pesos. Recursos sin los cuales los bancos
hubieran quebrado.
Estos recursos se canalizaron a través del Programa de Capitalización Temporal
(Procapte) y el Fondo Bancario de Protección al ahorro (Fobaproa). Instrumentos a
través de los cuales, de hecho, el gobierno podría pasar a ser dueño de parte de las
acciones de los bancos privados si estos no pudieran cumplir con estas obligaciones
(como de hecho está sucediendo) y las convierta en acciones.
Lo significativo de las sumas que el gobierno ha aportado a los bancos radica en que
representan el 51.75% del total de ingresos que el gobierno recibió por la venta de 18
bancos a empresarios privados. El total de dichos ingresos sumó 37,856.5 millones de
pesos.
De aquí se derivan varias conclusiones:
Primero: Los empresarios privados no son, necesariamente, mejores administradores
de bancos que el gobierno.
Segundo: En épocas de crisis, el gobierno es el único capaz de solventar una situación
de quiebra del sistema bancario tal que no se ponga en riesgo la viabilidad del país.
Tercero: El que el gobierno haya invertido ya más del 50% de los ingresos por la venta
de los bancos, la capitalización de estos puede interpretarse como que fue un error
venderlos y que los bancos necesitan del gobierno para subsistir.
Cuarto: Los bancos (diez en total son los que han recibido estos apoyos) están
pasando, prácticamente a manos del gobierno pues no se ve muy claro como estos

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