Un ballet entre lo clásico y lo moderno

CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 17 (EL UNIVERSAL).- Las zapatillas de ballet, los tutús y las elegantes piruetas que comúnmente se ven en un clásico como El Cascanueces, fueron sustituidos por acrobacias, magia y efectos especiales en la versión que la Compañía Acrobática Dalian de China hizo de este clásico del ballet en el escenario del Teatro Metropólitan el viernes pasado.

En una combinación entre lo clásico con lo moderno, el público pudo darse cuenta de qué iba a ver en escena cuando la protagonista apareció disfrutando de una nevada, cuyos copos de nieve estaban representados por acróbatas en patines que usaban una especie de boomerangs en cruz para simular la caída de la nieve.

Un juego de cambio de vestuario ante los ojos del público y los trucos de un mago fueron los siguientes actos que se realizaron durante la cena de Navidad, que retoma parte de la historia original de Marius Petipa, porque en la versión que presentó esta compañía la protagonista se llama Martha y no Clara, y realiza un fantástico viaje hasta el lejano oriente.

En uno de los primeros números circenses un equilibrista que intentó llegar a la cima de una pila de botellas y cilindros en tres ocasiones no logró mantenerse más que unos segundos, aún así el público lo apoyó y le dio un aplauso por su esfuerzo.

La gente pudo ver conforme iban pasando una a una las piezas que componen esta sinfonía, actos bellos y a la misma vez llenos de adrenalina, como en el momento en que una muñeca sube en puntas hasta lo alto del árbol de Navidad y ya arriba hizo gala de su fuerza y elasticidad al contorsionar su cuerpo; o cuando al fin el Cascanueces hizo su aparición, pero esta vez no era un soldado inglés, sino un guerrero...

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