Miguel B. Treviño de Hoyos / Paradoja del subsidio

AutorMiguel B. Treviño de Hoyos

El subsidio a la gasolina y el diesel tiene el mérito de unir a los economistas. Todavía no hay uno respetable -de izquierda o de derecha, estatista o liberal, de país rico o pobre- que lo defienda como una decisión económicamente sustentable.

Premiar el consumo de gasolina es fortalecer la dependencia a la más nociva de las drogas para cualquier economía.

En México el presidente Felipe Calderón anunció un subsidio (vía descuento fiscal) por la escalofriante cantidad de 200 mil millones de pesos. Este tipo de medidas, sin bien en diferentes magnitudes, no es patrimonio exclusivo del gobierno mexicano. Y en todos lados merece el rechazo casi unánime de los analistas económicos independientes.

En las campañas norteamericanas, también a pesar de las críticas de los expertos, John McCain y Hillary Clinton se inclinan por introducir exenciones al impuesto a la gasolina en tanto ésta regrese a niveles de precio más razonables. En Gran Bretaña, la edición de The Economist de esta semana se adelanta a criticar una posible marcha atrás del primer ministro Gordon Brown a un nuevo impuesto, ya aprobado, que entraría en vigor en octubre próximo.

El profesor de la Universidad de Columbia Jagdish Bhagwati se ha interesado en el estudio de la testarudez de los gobernantes para desoír los consejos de los economistas. Su conclusión, puesta en términos simples, es que el juego político genera equilibrios ante los cuales es poco probable la toma de decisiones gubernamentales en sentido opuesto.

Este principio es ahora reconocido por economistas y politólogos como la "paradoja Bhagwati". Paradoja en tanto que se renuncia a tomar las decisiones correctas.

Por desoladora que sea la conclusión del profesor de origen indio, su teoría explica la necedad de la acción pública frente a las críticas formuladas con seriedad por los expertos.

Volviendo al caso mexicano, el silencio gubernamental frente a las críticas devastadoras al subsidio prueban la vigencia de esta paradoja. Nadie, por ejemplo, ha salido a rebatir desde el gobierno lo injusto de la medida fiscal. Según un estudio del FMI, el 20 por ciento de la gente más rica en las economías emergentes recibe el 42 por ciento del beneficio del subsidio a la gasolina mientras el 20 por ciento más pobre recibe el 10 por ciento.

Tampoco se ha rebatido que mantener artificialmente bajo...

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