Aves marinas bajo amenaza en santuario de BC

Enrique Alvarado, Alejandro Melgoza Y Andrés M. Estrada*TIJUANA, BC, agosto 3 (EL UNIVERSAL).- Desde hace 40 años, la doctora Enriqueta Velarde llegó a la Isla Rasa, ubicada en el Mar de Cortés, para investigar a las aves marinas que habitan en ese pequeño pedazo de tierra de 57 hectáreas cuadradas. Desde estudiante entró a ese sitio mágico y ya no pudo salir. Se convirtió en su vida.

Cada año, con estudiantes y voluntarios, arriba a la estación biológica y establece el material de trabajo, los paneles solares y provisiones para permanecer ahí desde abril hasta junio, la temporada de anidación de las aves.

Con el paso del tiempo, la bióloga de la Universidad Veracruzana y su equipo han anillado a miles de ejemplares para individualizarlos; observaron su conducta, cómo pescan y el alimento que consumen. Luego, en los años 90, notaron un descenso en el número de nidos.

Para aclarar las causas, Velarde formó un equipo multidisciplinario junto al doctor Exequiel Ezcurra, un ecólogo y botánico especializado en zonas áridas, que actualmente se desempeña como profesor en la Universidad de California, en Riverside. Ambos revisaron las correlaciones entre las aves adultas, los polluelos, el clima y la disponibilidad de su principal alimento: la sardina.

Descubrieron que el fenómeno atmosférico de "El Niño", que aumenta la temperatura del mar, provocaba escasez de sardinas, afectando a la cadena trófica. Este pez pelágico menor, como la macarela y la anchoveta, requiere surgencias o corrientes de agua fría procedentes del fondo marino que contienen nutrientes (plancton), explica su análisis "Seabird ecology, El Niño anomalies, and prediction of sardine fisheries in the Gulf of California" (2004).Emigración centenaria

A partir del nuevo milenio, no obstante, la sobreexplotación de la industria sardinera "sinergizó" el descenso en las poblaciones, y con ello afectó a la de aves como la gaviota ploma y el charrán elegante, así como de mamíferos marinos que han emigrado al Golfo de California durante cientos de años para alimentarse de este pez.

El costo es alto: cada año arriban más de 500 mil aves marinas en busca de la sardina, rica en grasas, pero encuentran la competencia de una flota industrial cuya producción, en promedio anual, equivale a 20 veces el Estadio Azteca (533 mil toneladas, según cifras oficiales), y que en 75% es transformada en harina para el sector ganadero y, recientemente, la acuacultura y la maricultura.

La industria está...

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