La critica de Averroes contra el determinismo de al-Ghazali y los asharies.

AutorL

Resumen: El objetivo de este trabajo es discutir la "doctrina kasb" o "doctrina de la adquisición", formulada por uno de los sectores teológicos más importantes del Islam, i.e., los asharíes. Dicha doctrina plantea una cuestión compleja: ¿quién es el verdadero agente de las acciones humanas? ¿Es el ser humano o Dios? El asharí más renombrado que intenta resolver estas cuestiones es al-Ghazali. Después de explicar cuán problemática es la doctrina de la adquisición, analizaré los argumentos de Averroes en la Inconsistencia de la inconsistencia, con la finalidad de encontrar si verdaderamente refutan el determinismo asharí.

Palabras clave: filosofía árabe-islámica, teología asharí, determinismo islámico, al-Ghazali, Averroes

Abstract: The aim of this paper is to discuss the kasb doctrine, or "acquisition doctrine", formulated by one of the most important Islamic theological sectors, i.e., the Asharites. This doctrine raises a complex question: Who is the actual agent of human actions? Is it human beings or is it God? The most renowned Asharite who tried to solve these questions is al-Ghazali. After explaining how problematic the acquisition doctrine is, I will analyze Averroes' arguments in the Incoherence of the Incoherence in order to find out if they really refute the Asharite determinism.

Key words: Arabic/Islamic philosophy, Asharite theology, Islamic determinism, al-Ghazali, Averroes

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En el Corán se postula, presuntamente, cierta clase de determinismo divino. Por ejemplo, un pasaje significativo y frecuentemente aludido por los teólogos asharíes es el siguiente: "Allah os ha creado a vosotros y a lo que hacéis" (Corán 37:96). No es sencillo interpretar el sentido preciso de estas palabras: ¿significan, acaso, que nuestras acciones provienen de Dios? A este respecto, en el propio Corán hay pasajes contradictorios: por una parte, en algunos lugares se afirma que el ser humano es responsable de sus acciones (16:96; 21:23; 18:29-30; 32:14); no obstante, en otros se confirma la omnipotencia divina y se alude a la predeterminación de todo cuanto ocurre en el mundo (39:63, 37:94-96, 67: 13-14). Los teólogos y filósofos musulmanes trataron de resolver estas presuntas contradicciones ofreciendo distintas interpretaciones de los versos coránicos. (1)

Una de las escuelas teológicas más representativas fue la de los asharíes. Su fundador, al-Ash ari (873-935), es una de las figuras centrales del sector musulmán sunnita, el más numeroso en nuestros días. Es propiamente un teólogo, aunque sus obras tocan una serie de problemáticas filosóficas que van desde la creación del mundo hasta el conflicto entre la omnipotencia divina y la libertad humana. A este último respecto, los asharíes formularon una doctrina denominada kasb o de la "adquisición", que plantea una interrogante compleja: ¿quién es el verdadero agente de los acontecimientos y acciones que se suscitan en el mundo? El asharí más renombrado que intenta resolver esta cuestión es al-Ghazali (1058-1111). (2) Después de explicar en qué consiste la doctrina kasb, revisaré la versión que de ella presenta al-Ghazali en las discusiones tercera y decimoséptima de su obra titulada Tahafut al-falasifa (La incoherencia de los filósofos). Finalmente, discutiré los argumentos de Averroes en contra de al-Ghazali y los asharíes. Se trata de someterlos a prueba para evaluar si resultan lo suficientemente efectivos para desarmar el determinismo tal como, según Averroes, está planteado en los asharíes.

  1. El planteamiento asharí y la discusión decimoséptima del Tahafut de al-Ghazali

    Una de las discusiones más conocidas en la filosofía árabe-islámica medieval es la que intenta responder qué es lo que debe interpretarse cuando el Corán se refiere a Dios como Creador y agente del mundo (3). Filósofos y teólogos suelen interpretar esta tesis de manera distinta. Las discrepancias a este respecto son el origen de una serie de discusiones en las que los asharíes desempeñan un papel protagónico. Éstos interpretan que, si Dios es agente del mundo, entonces todo cuanto acontece en él proviene de la voluntad divina. Escribe Ash ari:

    la voluntad, siendo uno de los atributos de la Esencia [divina] tal y como hemos mostrado, debe abarcar todo aquello que puede realmente quererse, así como el conocimiento, siendo uno de los atributos de la Esencia [divina], debe abarcar todo aquello que puede realmente conocerse. [...] Allah, ensalzado sea, es el Creador de todo cuanto comienza a existir, y [es evidente asimismo que] Él no puede crear aquello que Él no quiere; el propio Allah, ensalzado sea, ha dicho [por medio de Su enviado]: "[Él,] que siempre hace lo que quiere". (Kitab al-Luma III, XVI, [sección] 49)

    La voluntad divina abarca cuanto existe y, en este sentido, todo cuanto acontece en el mundo está sometido a los deseos divinos. Dios es el único agente. En realidad, la intención de Al-Ash ari en varios de sus escritos teológicos era encontrar una manera de reconciliar la soberanía divina con las acciones que se dan en el mundo y, especialmente, con la responsabilidad moral. Sin embargo, su alternativa, la denominada doctrina kasb, es a mi juicio fallida dado que, en esencia, lo que sostiene es que Dios desea y crea todos los actos, y otros ejecutores son sus receptores:

    Los actos han de tener necesariamente un agente que los cree, ya que no pueden prescindir de éste. Y si el agente que crea el acto tal como es no puede ser el cuerpo, tiene que serlo Allah, ensalzado sea. Pero el acto no necesita de alguien que lo adquiera tal como es en el mismo sentido en que [decimos que] necesita de un agente que lo cree tal como es, de modo que si se trata de una adquisición (kasb) Allah debe ser su adquisidor. (4) (Kitab al-Luma V, XXVII, [sección] 88)

    En el caso de los actos humanos es evidente que ha habido un adquisidor que no es Dios: los humanos somos presuntamente responsables de nuestras acciones. No obstante, en la doctrina kasb Dios es el único agente libre (ha creado libre y voluntariamente el mundo, incluyendo las acciones que acontecen en él), y no sólo eso: cualquier causalidad está determinada por Él, incluyendo nuestro libre albedrío. En resumidas cuentas, todo está determinado por la voluntad divina y no existe ninguna otra causalidad que no sea la divina. Dios es la causa eficiente de cuanto existe. Sin embargo, lejos de afirmar que los seres humanos son responsables de sus acciones, la radicalidad de este planteamiento parece negar esta posibilidad y en él Dios aparece como el único agente libre. (5) Más adelante, cuando se expliquen las características que, según al-Ghazali, debe tener un agente libre, será más claro por qué solamente Dios puede serlo.

    En contraste con el planteamiento anterior, todo indica que en la doctrina islámica la omnipotencia divina ha permitido que los seres humanos sean responsables de sus actos y por esto ha dispuesto para ellos el premio o el castigo. (6) En este sentido, el mal moral también provendría de Dios. No obstante, ello no supone un problema para los asharíes: el musulmán asiente y confía en que, a pesar de que sus actos son adquiridos, Dios no impondrá ninguna acción que pueda resultar una carga excesiva para los creyentes:

    Allah, ensalzado sea, no impone nada a nadie que pueda resultarle una carga excesivamente severa, como por ejemplo, expulsar [sin más] del alma aquellos pensamientos que [nos] invitan al mal, pues Allah puede disculpar éstos y ser generoso con los musulmanes acerca de la desobediencia a la que [en ocasiones] se ven llevados [los hombres] caso de que finalmente no la cometan tras resultarles ella una carga. Luego el significado de Sus palabras: "Allah no pide a nadie más allá de sus posibilidades" es: sólo nos pide lo que Él hace que sea posible para nosotros. Pues lo que Allah, ensalzado sea, ordena hacer a Sus criaturas no es excesivamente difícil para ellas, y ellas no son incapaces de hacerlo. Según algunos de entre nosotros, la frase "Allah no pide a nadie más allá de sus posibilidades" significa [en realidad]: sólo nos pide lo que legalmente podemos hacer. (Kitab al-Luma VI, LIS, [sección] 149)

    El determinismo divino en la teología asharí está respaldado por una concepción específica de la causalidad que debe entenderse a partir de su modelo cosmológico. Los asharíes construyen su cosmología desde un planteamiento atomista muy similar al atomismo helénico (7) que les permitirá sostener la necesidad de un mecanicismo determinista. Dicho rápidamente, para los asharíes, todos los cuerpos materiales están formados por átomos (agza) que, reunidos, dan lugar a la variedad de cuerpos que conforman la realidad. Los átomos existen separados entre sí por el vacío (bala) y cuando entran en contacto entre sí, conforman un cuerpo. Éste no será sino una red de átomos que son distintos entre sí, que cambian radicalmente (es decir, se desintegran y se recrean constantemente). Este proceso es posible porque Dios crea y renueva libre y permanentemente sin que Él esté sujeto a leyes físicas y ni siquiera metafísicas: Dios es omnipotente. Recurrir a una filosofía de la naturaleza atomista es una alternativa idónea para defender la omnipotencia divina por las siguientes razones:

    1. Con esta clase de atomización de la naturaleza se consigue eliminar la noción aristotélica de causalidad natural. En efecto, si la naturaleza tiene una estructura atomizada, todos los cambios físicos que puedan acontecer se explican desde una simple conexión de átomos y no hace falta recurrir a un modelo causa-efecto;

    2. Si se elimina el modelo causa-efecto y se transmuta por una simple conexión, entonces se enfatiza la discontinuidad de la naturaleza, en vez de acentuar la continuidad de los fenómenos naturales;

    3. Si la naturaleza es discontinua, no se rige por...

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