Avanza evangelismo en pueblos indígenas

AutorJavier Peralta

PACHUCA / Hidalgo

Durante los últimos 15 años, el 30 por ciento de la población indígena que hay en el estado ha dejado la religión católica para incorporarse a otras de tipo protestante y evangélico, como consecuencia del proceso migratorio de hidalguenses a Estados Unidos.

Así, el protestantismo ha ganado las adhesiones de 135 mil indígenas, de los 450 mil que hay en el estado.

Héctor Pedraza Olguín, presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas y Migratorios del Congreso de Hidalgo, manifestó que las iglesias no católicas con mayor presencia son la de los pentecostales, testigos de Jehová y mormones (Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días).

De acuerdo con el encargado del Centro de Documentación de la oficina de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (antes INI), Eduardo Rosales Guerrero, este fenómeno de la transreligiosidad empezó a generarse a partir de que la emigración hacia Estados Unidos inició en la entidad.

La proliferación de sectas protestantes y evangélicas en el país del norte atrajo a muchos de los hidalguenses que llegaron a territorio estadounidense, quienes al paso del tiempo regresaron a sus tierras para iniciar la práctica de esas religiones entre sus parientes.

Poco a poco el número de fieles creció, hasta llegar, según el legislador Pedraza Olguín, a por lo menos 135 mil los que abandonaron sus creencias católicas para convertirse en testigos de Jehová, mormones e incluso de la Luz del Mundo, que recientemente construyó una pequeña iglesia en la región del Mezquital.

Es precisamente el Valle del Mezquital donde se han registrado los conflictos más graves como consecuencia de la pugna surgida entre grupos católicos, todavía mayoritarios, y evangélicos o protestantes, porque los primeros, por ser más, buscan imponer sus creencias religiosas.

En abril del 2001, el barrio de San Nicolás, en el municipio de Ixmiquilpan, vivió días de zozobra, luego de que el delegado municipal, Heriberto Lugo González, prohibió el entierro en el cementerio de la localidad de una persona, bajo el argumento de que sus parientes practicaban una religión diferente a la de la mayoría, que es la católica.

Al paso de las horas, la prohibición se transformó en amenaza directa contra los 300 pobladores del lugar, fieles de la Iglesia Cristiana Independiente Pentecostés Bethel, por orden de los católicos.

"Toda persona no católica no tendrá derecho a ningún servicio, como agua potable, alcantarillado ni...

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