Avalan los promotores el precio fijo del libro

AutorErika P. Bucio

Promotores de lectura avalan la propuesta de editores y libreros de aplicar en México el precio fijo del libro, si se acompaña de una política de fomento a la lectura y un abaratamiento de los precios.

"La medida me parece excelente, pero no creo que sea lo único que ayude a la promoción de la lectura y la formación de lectores. Tiene que haber un esfuerzo mayor, lo que implica tres condiciones básicas: libros, espacios de lectura y mediadores", afirma Angélica de Icaza, ex coordinadora de la Fundación Mexicana para el Fomento de la Lectura.

De Icaza, quien impulsó el programa Los libros del Rincón cuando ocupó la subdirección de la Unidad de Publicaciones Educativas de la Secretaría de Educación Pública, considera que además del precio hay que vencer barreras culturales para formar lectores.

La Asociación Mexicana para el Fomento del Libro Infantil y Juvenil (IBBY México), dedicada desde hace más de 25 años a la promoción de la lectura, también considera que la propuesta debe servir de estímulo para emprender más acciones desde el ámbito público y privado.

"Es importante estimular un sistema de precios que beneficie a los editores, a los libreros y al público lector. No obstante, hay que considerar que el precio y el número de librerías no son los únicos factores, ni los determinantes, para que México presente un bajo índice de lectura", asegura Norma Ibarrola, socia fundadora y ex presidenta de IBBY México.

Pero hay quienes dudan incluso del impacto que el sistema de precio fijo del libro, que contempla el proyecto de Ley del Libro que será presentado al Poder Legislativo en febrero próximo, pudiera tener en los índices de lectura en el País.

"Sinceramente no pienso que se pueda establecer una relación causa-efecto, y menos inmediata, por sólo reducir los precios mediante el sistema de precio fijo", advierte Elsa Ramírez, académica del Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas.

La investigadora de la UNAM argumenta que hay sectores de la población que no compran un libro, aún barato, porque está fuera de su alcance y/o de sus prácticas de consumo cultural.

"Existen comunidades que prefieren comprar revistas, comics, discos, rentar o comprar películas en lugar de adquirir un libro...

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