Autoprotección: Descuidan pequeños grandes soluciones

AutorLuis Ramón Ocampo

A pesar de su bajo costo, muchas de las medidas de seguridad son desaprovechadas por la mayoría de los pequeños comercios, que se conforman con instalar mecanismos sencillos como los enrejados.

Desde hace por lo menos dos años, los abarrotes y farmacias han sido los comercios más asaltados en el DF, pues generalmente se limitan a colocar un enrejado para "protegerse".

Sin embargo, los comerciantes tienen a su alcance dispositivos más efectivos, como cajas fuertes, alarmas o circuitos cerrados de televisión; que no son usados aunque su costo es mínimo.

Arturo Mendicuti, director de la Comisión de Seguridad de la Cámara Nacional de Comercio de la Ciudad de México, señala que 9 de cada 100 comercios han sido asaltados en el último trimestre, aunque el 90 por ciento de ellos contaba con alguna medida de seguridad.

El experto en seguridad de la Canaco explica que el enrejado protege a los pequeños negocios principalmente contra el robo hormiga de mercancías, pues los farderos, que antes operaban en almacenes y autoservicios, han emigrado hacia estos negocios.

También ayuda a evitar asaltos de delincuentes ocasionales, pero no sirve de mucho cuando los ladrones son decididos y tienen experiencia.

"(El enrejado) puede ahuyentar a personas en estado de embriaguez o bajo el influjo de drogas; a un asaltante decidido que porte un arma de fuego, por supuesto que esto no lo ahuyenta", afirma Mendicuti.

La ineficacia de los barrotes metálicos es evidente si se toma en cuenta que la mayoría de los asaltos contra mini negocios son realizados con armas de fuego.

"El delincuente finalmente es un empresario de la industria del delito, trabaja con sistemas de administración y busca la máxima productividad de su delito, es decir, con el menor riesgo, tiene que tratar de obtener la mayor utilidad.

"Al delincuente hay que encarecerle su acción y disminuirle la ganancia, con cada medida de seguridad que se adopta se le complica su acción al delincuente", asegura Mendicuti.

Para desalentar al ladrón, propone, los pequeños comercios deben hacer un ejercicio de autocrítica, denominado Estrategia de ojos nuevos.

"Ver con ojos críticos si la puerta es suficientemente fuerte, capaz de detener una agresión, si la cerradura ofrece resistencia a un ladrón experto, a un cerrajero; si las ventanas están debidamente protegidas con una herrería poderosa y anclada al muro, si la cortina es eficiente, si los candados son de alta calidad, de una combinación difícil de adivinar"...

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