'Aún no tenemos un Estado laico consolidado'

(Material transmitido por el Servicio Sindicado el pasado 15 de diciembre)Sonia SierraCIUDAD DE MÉXICO, diciembre 21 (EL UNIVERSAL).- "Tendremos que pensar en algún momento en que se abra el concepto de feminismo para que estemos participando en los movimientos feministas muchos hombres", dice el constitucionalista Diego Valadés, reconocido con el Premio Nacional de Artes y Literatura en la categoría de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía.

Valadés (Mazatlán, 1945) habla en su oficina del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) de temas que van de lo cultural a lo constitucional; del feminismo y del Estado laico; de por qué México necesita parlamentarizar su sistema presidencial; de los cambios en el Instituto Nacional Electoral (INE); del Atlas de las Constituciones de América en que trabaja.

Coincide con la demanda de Concepción Company -expresada en la ceremonia de entrega de los Premios Nacionales- de mayor presupuesto para la educación: "Hay una disposición legal expresa que establece que 1% del PIB sea canalizado a la investigación. Está así en la Ley de Ciencia desde 2002. En 17 años ningún gobierno lo ha cumplido".

El jurista reconoce la agenda social del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y su lucha contra la corrupción, pero lo cuestiona en materia de seguridad, donde es urgente un nuevo marco jurídico.

"En general, las políticas de carácter social, me parecen muy plausibles, así como que esas políticas se lleven a la Constitución porque en lo sucesivo dejarán de ser -como han sido por décadas- otorgamientos graciosos que tienen un propósito clientelar, y serán derechos para la población que necesita más apoyo: los viejos, las madres, los jóvenes.

Usted planteó hace un año de que no dejaron solo al Presidente. ¿Cómo ve lo que ha pasado?

Lo que hemos visto es que el Presidente es el que lleva el peso completo de la explicación de las políticas de su gobierno y, con algunas excepciones, secretarios y titulares de otros organismos explicitan las políticas; pero muchos están en la penumbra. Mi impresión es que eso no contribuye a apoyar una actividad tan dinámica como la que el Presidente ha impreso al gobierno.

¿Qué riesgos representa?

Lo más importante es que no se ha construido -y este es uno de los grandes déficits de nuestro sistema constitucional- un gabinete con funciones específicas a la Constitución. Quienes tienen a su cargo la implementación de las políticas del Estado mexicano no están recibiendo comentarios e interpelaciones del Congreso; la presencia del gabinete en el Congreso es mínima, así ha sido siempre. Sigo esperando una mayor interlocución entre gobierno y representantes de la Nación.

Lo he comentado desde hace décadas como parte de mi trabajo constitucionalista: necesitamos parlamentarizar el sistema presidencial mexicano porque es un sistema muy caduco. Parlamentarización significa un mayor vínculo entre quienes ejercen funciones de gobierno y quienes ejercen las funciones de representación política.

¿El atraso ahí es de la Constitución o del legislativo?

Es un atraso de la Constitución, tiene 102 años, y fue construida bajo la tesis de que había que establecer un sistema presidencial muy fuerte. Carranza dijo en 1916, al instalar el Congreso Constituyente, que México no estaba listo para pasar a un sistema parlamentario porque no tenía clase política, los dirigentes eran todos militares y no tenía partidos y cultura política. Hoy tenemos todo lo que no había entonces, pero no tenemos un sistema político flexible, con mayor participación de la sociedad y capacidad de control de lo que hacen los gobernantes.

¿Quién debe promover esto? ¿Presidencia, el Congreso?

Es un...

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