'Atrás no queda nada'

AutorJorge Ricardo

Al final de su vida, en su casa a la orilla del mar, en Isla Negra, en Chile, Nicanor Parra les tiraba pan a las gaviotas susurrándoles cuando finalmente bajaban a la tierra: "Urge no hacer nada".

Sus amigos contaban que desde antes de que cumpliera 100 años su mayor miedo era convertirse en Matusalén, el hombre más viejo de la Biblia. Pero aun así cada madrugada entraba a la oscuridad de un armario para tomar ácido ascórbico, la receta del Premio Nobel Linus Pauling para curar todos los males.

El hijo de un profesor de primaria y una costurera. El chileno que nació el 5 de septiembre de 1914. El hermano mayor que quiso ser el primer cosmonauta de una familia pobre y estudió Cosmología en Inglaterra. El autor de un género sin arcoíris ni dolor ni culpa: la antipoesía. El ganador del Premio Juan Rulfo que dejó en Guadalajara la estatuilla y se llevó el cheque. El ganador del Cervantes sin modestia: "No es la primera vez que me dan un premio que no merezco y espero que no sea la última". El antipoeta que cruzó desde la Primera Guerra Mundial hasta Donald Trump ha muerto. A los 103 años.

Le preguntaron: ¿cuál es el secreto de su longevidad? "La buena vida y la poca vergüenza", dijo.

Eso fue a sus 80 años. Después cumplió otros 23, aunque desde sus 80 tenía listo su epitafio: "Luz entre irónica y pérfida / Ni muy listo ni tonto de remate / Fui lo que fui: una mezcla / de vinagre y aceite de comer ¡Un embutido de ángel y bestia!".

Consideraba importante lo que habría de cargar sobre la tumba y escribió otro: "Aquí descansan los restos de un candidato al Premio Nobel".

Uno más: "Voy & Vuelvo".

Y el último: "¡Shhht!".

En 1937 publicó su primer libro, Cancionero sin nombre. En 1940, su tesis sobre Descartes. Pero fue en 1954 cuando apareció su principal obra, Poemas y Antipoemas. La primera parte seria, normal, solemne. La segunda traía una advertencia: el autor no se hacía responsable de las molestias que podría causar.

Parra había buscado entre el modernismo y el surrealismo de ese tiempo. Uno desgastado; el otro, que no llegaba a ser. La poesía estaba escrita con cuello y corbata. ¿En qué momento se produjo la arteriosclerosis del idioma poético? Para los mayores, la poesía había sido un objeto de lujo, una habitante de salón, del Olimpo. El poeta: un demiurgo, un señorito, un ratón de biblioteca, una vaca sagrada.

Lo dijo en La cueca larga:

"Durante medio siglo / La poesía fue / El paraíso del tonto solemne. / Hasta que vine yo / Y me instalé...

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