Atrapan a Ceniciento

Como si fuera pariente de La Cenicienta, la identidad de un ladrón fue descubierta de una forma similar que en el cuento de hadas.

Roberto trabajaba haciendo las labores de limpieza en Fábricas de Francia, de Plaza Patria, y el 15 de enero de 2005 decidió darse una vuelta al negocio, aunque era su día de descanso.

El hombre que pulía los pisos del negocio decidió esconderse entre los exhibidores de ropa, pues sabía donde había espacios vulnerables para las cámaras de seguridad, y ahí se quedó hasta que cerró la tienda.

Ya sabía que sólo se quedaba un velador, así que Roberto se puso un pasamontañas que llevaba para la ocasión y con un gas lacrimógeno sometió al vigilante.

Enseguida se apoderó de una maleta en la que se llevó relojes, videocámaras, computadoras portátiles, juegos de nintendo, plumas Mont Blanc y cámaras fotográficas.

Para llevarse la mercancía valorada en 570 mil pesos, el ladrón utilizó una motocicleta Peugeot a manera de carroza, vehículo que también robó de la tienda.

Sin embargo, antes de que el encanto terminara, cometió un error crucial: hurtó unos zapatos, se los probó, luego abandonó la tienda en la motocicleta con el botín. Al pasar por una alcantarilla, afuera de la tienda, se deshizo del calzado que le habían dado para hacer las labores de limpieza en la tienda.

Al día siguiente los agentes de la entonces Procuraduría estatal encontraron los zapatos de trabajo, que especialmente le daban a las...

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