Atrapados por las mafias
| Autor | Mario Gutiérrez Vega |
No hubo cambios. Todo lo contrario: las familias, las bandas delictivas, los grupos del crimen han aumentado y se han reacomodado en el sexenio foxista. Es más, los especialistas advierten que esa readaptación ha sido más violenta. Pero ahora, tras cinco años del gobierno de Fox y con el ambiente electoral encima, el crimen organizado parece que busca mantener el dominio criminal y sus plazas intactas.
Son cada vez más extensos, violentos y tienen un mayor mercado.
Su objetivo es buscar el poder pero no ejercer el gobierno. Su fin es obtener dinero y obtener el control suficiente que les permita perpetuar su negocio ilegal.
Es la "Cosa Nuestra", las familias del crimen, los grupos delictivos que operan por todo el país.
Y no hay dudas. Los especialistas apostillan: esas organizaciones criminales han aumentado y se han reacomodado en lo que va del sexenio de Vicente Fox.
Nada cambió. Hoy, tras cinco años del gobierno de Fox y con el ambiente electoral encima, el crimen organizado parece que busca una nueva renegociación y mantener sus plazas intactas y con ello el dominio criminal, coinciden los especialistas.
La ciudadanía también percibe un incremento de la acción criminal. Una encuesta del Grupo Reforma, realizada entre el 30 y 31 de julio pasado, revela que el 66 por ciento de los mexicanos cree que el crimen organizado ha crecido.
Es más, el 63 por ciento de los encuestados considera que las autoridades no tienen la voluntad política para combatir a la delincuencia organizada. Éste es el peor nivel de percepción que ha tenido el gobierno de Fox en sus cinco años.
Al menos, en los últimos tres meses la violencia arreció en las principales ciudades fronterizas del país, en Michoacán y el Distrito Federal. Sólo en Nuevo Laredo, Tamaulipas, de enero al 24 de julio de este año se habían registrado 76 homicidios por supuestos ajustes de cuentas entre las bandas del crimen organizado. El propio embajador de Estados Unidos, Tony Garza, alertó sobre la situación e incluso el 29 de julio anunció el cierre del consulado estadounidense en Nuevo Laredo.
El embajador tomó la decisión de cerrar el consulado luego de haber emitido seis alertas por la violencia que se vive en la frontera norte. La gota que derramó el vaso fue el tiroteo y enfrentamiento entre comandos de sicarios en una presunta casa de seguridad en la colonia Los Álamos.
"Un violento tiroteo con armas de poco común y muy alto calibre tuvo lugar ayer por la noche entre dos grupos de delincuentes en Nuevo Laredo", señaló la embajada de Estados Unidos en un comunicado a los medios.
Y añadía que "a la luz de este incidente deplorable y de que continúa la violencia en nuestra frontera, he decidido que se suspendan todas las actividades de nuestro consulado en Nuevo Laredo".
Con ese anuncio, el diplomático endureció su postura para exigir resultados al gobierno federal mexicano, "observaremos lo que esperamos será una respuesta rápida y certera del gobierno de México para controlar esta situación. Volveremos a evaluar el estado de la seguridad y determinaremos si existen condiciones para que se reanuden las actividades consulares en Nuevo Laredo de manera regular", añadía el comunicado.
Esta situación llevó al secretario de Gobernación, Carlos Abascal, a reunirse con Tony Garza el pasado 3 de agosto para explicarle la situación en la ciudad fronteriza. El resultado fue la promesa de reabrir la oficina diplomática.
Con todo, para especialistas en materia de seguridad nacional, los ataques violentos no hacen más poderosos a las mafias y grupos de delincuentes. El aumento de la violencia, aseguran, tiene su explicación en la búsqueda de un reacomodo que lo determina el mercado ilegal en auge, la debilidad de las instituciones de gobierno para atacar el crimen, la impunidad y la corrupción.
"La delincuencia organizada es más poderosa que antes por la expansión de los mercados ilegales. Hoy se produce más droga que antes, se hace más contrabando. Los delitos federales no han dejado de subir, en...
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