Para atletas los Aztecas

AutorAdrián Basilio y Sandra Becerril

Gracias a las 34 preseas obtenidas en los pasados Juegos Paralímpicos de Sydney, de las cuales 10 fueron de oro, México se consolidó como la potencia latinoamericana en el deporte para personas con discapacidad al ubicarse en el casillero 17 del medallero.

Aunque en el deporte pedestre tuvo la mejor actuación fuera del País al cosechar seis medallas, entre ellas la primera de oro que consigue una mujer, el deporte paralímpico siguió la tendencia de otorgar más satisfacciones, ya que superó los 12 metales conseguidos en Atlanta 96.

Pese a las carencias que aún enfrentan, independientemente de contar con un Centro Paralímpico que a decir de los directivos cuenta con el equipamiento necesario, desde antes de su participación en las competencias exclusivas para ellos, los mexicanos paralímpicos demostraron su nivel en la exhibición que se realizó en el estadio olímpico mientras se desarrollaban las competencias para los atletas "convencionales".

Saúl Mendoza y Ariadne Hernández exhibieron su talento al agenciarse las preseas de oro y bronce, respectivamente, en las pruebas de mil 500 y 800 metros planos sobre silla de ruedas.

Mendoza, medallista en Atlanta 96 y quien entrena precisamente en esta ciudad estadounidense ya que al iniciar su carrera hace más de una década no encontró en México el apoyo suficiente, demostró el orgullo de ser mexicano al viajar miles de kilómetros para recibir el Lábaro Patrio con el que encabezaría al contingente azteca en el desfile de naciones.

Una de las manifestaciones de inconformidad se presentó al término de la inauguración de los IV Juegos Paralímpicos Nacionales celebrados en agosto cuando algunos deportistas se quejaron de la falta de apoyo para entrenar.

En aquella ocasión la entonces Primera Dama, Nilda Patricia Velasco de Zedillo, fue interceptada por un grupo de deportistas del DIF nacional para externarle su malestar por la desatención del director del general del DIF, Enrique Burgos. La señora Velasco sólo se limitó a decir que eso no podía ser posible y que el funcionario era el encargado de atender esas cuestiones.

Quizá no fueron tomados muy en cuenta porque la selección paralímpica ya estaba integrada y la mayoría de sus integrantes no participó en los nacionales por estar concentrados o en gira.

Amalia Pérez, subcampeona en la categoría de 52 kilogramos de la halterofilia paralímpica, fue otra de las que alzó la voz, y lo hizo ante el entonces Presidente Ernesto Zedillo, al decirle que se era...

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