Atiende cambios bruscos en tus emociones

AutorDalia Gutiérrez

Si hubiera tenido un diagnóstico oportuno, todo habría sido diferente.

Así lo expresa Alicia, quien tras búsquedas incansables, múltiples consultas, valoraciones erróneas y juicios sociales, fue diagnosticada con Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) hasta los 34 años.

"Yo vivía en la incertidumbre y en la búsqueda infinita", comparte la mujer, hoy de 37 años. "Cuando ya supe realmente qué me pasaba, sentí muchísimo alivio".

Reconocido de forma oficial en los años 80 como parte de los trastornos de la personalidad, el TLP aún es desconocido en la sociedad.

Esta falta de conocimiento suele ocasionar que las personas que viven con él demoren años hasta recibir un diagnóstico certero, sean víctimas de prejuicios y vivan con grandes afectaciones.

"Suele pasar que algunas de estas personas crecen en un entorno en el que se les manda el mensaje de que lo que sienten o lo que piensan no es válido y entonces eso les hace difícil (llegar al diagnóstico)", señala el psicoterapeuta Dionicio Galarza.

El número de personas con esta afección que no son diagnosticadas de forma oportuna es alto, apunta, aunque es difícil obtener una cifra exacta.

Al conmemorarse en mayo el mes de la concienciación sobre el TLP, especialistas y pacientes invitan a conocerlo y derribar los estigmas.

UNA MONTAÑA RUSA EMOCIONAL

Al igual que ocurre con otros trastornos de la personalidad, los síntomas del TLP empiezan a manifestarse en la adolescencia y se consolidan en la vida adulta.

Su principal característica es que las personas presentan una gran dificultad para regular las emociones.

"Tienen una predisposición a tener emociones intensas", detalla Galarza, "a tener más incidentes de emociones de los que tendrían otras personas y a tardar más en regresar a la calma después de haber tenido un incidente con una emoción intensa".

No se sabe cuál es la causa exacta de esta afección, pero las investigaciones sugieren que se debe a la combinación de factores genéticos y ambientales. Un elemento común en muchos de los pacientes es haber vivido acontecimientos traumáticos severos en su infancia.

Quienes desarrollan la afección suelen describirla como vivir en una constante montaña rusa de emociones.

Tanto los estados emocionales positivos como alegría y entusiasmo, y los negativos, como tristeza, enojo y ansiedad, suelen vivirse con gran intensidad, indica el médico y psicoanalista José Sanper, fundador del Centro de Desarrollo y Bienestar Psicosocial.

"Las personas con TLP...

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